TragediasDesde hace unos días me arremeten las tragedias colombianas. La gripa de Nairo y la lesión de James tenían hace una semana proporciones desastrosas.

Juan Manuel UrrutiaEl panorama desolador de nuestros campos asolados por una sequía de magnas proporciones por culpa del Niño es deprimente.

Sin embargo entre el maduro y el fiscal anti-hacker, se pasaron.

Estamos ante dos hechos que si ameritan una que otra desvelada.

A mí Venezuela hace rato no me trasnochaba, el maduro me parecía tan sumamente incapaz que asumí que se desinflaría.

Resulta que no.

Que el negocio ha sido tan bueno para él y sus compinches que están dispuestos a lo peor con tal de no perder el poder. Y en su inmensa locura han llegado a la conclusión que lo único que los salva de la hecatombe es otra hecatombe, una guerra con Colombia.

Llevo una hora escuchando un infinito sartal de babosadas en la radio. Estamos en guerra. Hay que tener prudencia dicen unos, firmeza claman otros. Preparación militar, falta de equipos, incapacidad de reacción, son las frases. El tope de la estupidez “cuando nos declaren la guerra va a ser tarde”.

¡Por Dios!

Por ahora me tranquiliza el que el presidente Santos mantenga la calma. Ahora no me da la cabeza para entender la permanencia del maduro como garante de la paz colombiana. ¿Qué es lo que no garantiza un tipo que nos busca la bronca en la frontera?

Yo no apuesto con frecuencia pero cuando apuesto trato de hacerlo con la cabeza no con el corazón. Desgraciadamente estoy dispuesto a apostar que pese a todo lo que hagan nuestro presidente y nuestra canciller para evitarlo, el maduro y sus cómplices escalarán las agresiones, los insultos y las acciones.

Vamos a terminar asistiendo a por lo menos un incidente fronterizo serio, grave, con heridos o muertos.

Con todo y lo dramático de la situación con Venezuela, me parece mucho más grave lo que nos ha pasado con la justicia en Colombia.

Al tema del fiscal me he referido varias veces.

De lejos lo peor que la ha pasado a Colombia es la elección de ese señor como Fiscal General de la Nación, no tenía las credenciales jurídicas y mucho menos las personales para sumir semejante dignidad.

Ahora nos demuestra con creces que tampoco cuenta con la altura ética ni moral que requiere su cargo.

Ha montado una orgía de contratación injustificada.

No ha sido capaz de llevar a buen término ningún proceso importante. Los únicos resultados que tiene para mostrar son:

  • El falso positivo de Sigifredo
  • El montaje en contra del Centro Democrático en la persona de Oscar Iván y de David Zuluaga
  • La defensa del criminal Palacino y el montaje en contra de Sandra Morelli
  • Samuel Moreno y los asesinos del joven Colmenares siguen en la impunidad

Y para rematar ha inventado que a él nadie tiene por qué pedirle cuentas.

Se niega a explicar.

Infinita soberbia.

Infinitas injusticias.

Desastrosa elección.

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