Juan-Manuel-26-300x270Mirar gobernar es apasionante.

Tiene uno la oportunidad de ver lo mejor, lo menos bueno y a veces lo peor.

Personajes sui generis son los gobernantes.  Los elegimos, los que tenemos la suerte de elegir, por sus “ideas”, por sus propuestas; o por lo menos nos creemos el cuento.  En realidad algunos votamos a cierto líder o partido por un ideario, un programa.

Los más votan en respuesta a los esfuerzos de una maquinaria aceitada con los recursos de inversión del Estado y con los nombramientos de amigos y clientelas en los cargos en dónde se dispone de esos recursos.

Luego, los elegidos hacen lo que les dictan, no sus conciencias, sino las encuestas y los asesores.

No siempre es así, a Andrés Pastrana lo eligieron la combinación de la indignación contra Samper y la esperanza de alguna solución a una guerra en que el Estado se veía derrotado.

Pastrana se la jugó toda, con ingenuidad, por un proceso de  paz que fracasó.

Ese  fracaso ensombreció su gestión, que fue mucho mejor que lo que se le reconoce.

A Uribe lo eligió el fracaso de la paz de Pastrana.

Construyó, sobre las bases del Plan Colombia, la Seguridad Democrática, y logró disminuir el poderío militar de las FARC, sin derrotarlas.

Uribe en su primer mandato cumplió. Resolvió que quería seguir y ahí fue Troya.

Lo he dicho una y mil veces, Uribe ha sido el mejor y el peor presidente que ha tenido Colombia en mucho tiempo.

El tipo no es malo, lo que es malo es la reelección.

A Uribe II, lo eligió la maquinaria montada por Uribe I y a Santos la montada por Uribe II, de ahí que Uribe y sus áulicos no le perdonen a Santos que se haya desviado del camino señalado por el jefe, Mister President.

Para los Furibistas, (uribistas furibundos) la candidatura de Santos era la continuidad en el poder que se perdía al no haberse logrado cuadrar la segunda reelección, faltaron notarías.

Ellos saben que eligieron a Santos y por eso les duele que el tipo haya resuelto gobernar en lugar de obedecer.

De Santos no podemos decir con exactitud cómo es la cosa.  A veces parece que hace lo que le dicta su conciencia.

Quiero creer que su compromiso con el proceso de paz es auténtico, genuino.

Otras veces parece que hace lo que le aconseja un asesor furibista infiltrado.

El reciente porrazo en la bicicleta, es un ejemplo anecdótico, la famosa frase “el tal paro no existe” casi incendia a Colombia entera.

En otras ocasiones tiene uno la impresión que lo rodea el más cínico de los equipos de asesores.

Me ha impresionado el cinismo con que se está manejando la crisis de Bogotá.

Quise creer que cuando Petro denunciaba el “golpe de estado”, era la última patada de ahogado.

Pero al ver al Presidente-candidato gobernando a Bogotá, anunciando inversiones de billones de pesos, “entregando policías”, montando en Transmilenio, se me retuerce la tripa.

No entiendo por qué el alcalde encargado dice que él no llega con agenda ni programa, que va a asegurar que el plan de desarrollo de la “Bogotá Humana” se implemente, mientras su jefe lo contradice con acciones que dan la impresión que el alcalde encargado es el candidato presidente.

El Gobierno de Santos le dedicó Consejo de Ministros, con anuncio de Consejo de Política Económica y Social CONPES, a la “crisis de Bogotá”.

Mientras, el puerto de Buenaventura está sumido en la cloaca de la inseguridad y del desgobierno y lo único que ha hecho el Gobierno es mandar a un par de ministros a que hagan “presencia”.

Para rematar, con el apetito reeleccionista disparado, los asesores de círculo de cinismo, aconsejan al Presidente que se tome su tiempo para aceptar la terna propuesta por la gente de Petro, que es lo que ordena la ley.

Han resuelto “elevar un consulta” a ver quién es el que debe presentar la terna, con eso le dan el chancesito al candidato-presidente de que siga haciendo campaña en Bogotá, que es en donde, quien se perfila como su principal rival, Enrique Peñaloza, podría obtener una votación significativa.

Lo que pasa es que Bogotá puede contribuir con uno que otro voto a la reelección, mientras en Buenaventura, de eso poco.

Definitivamente la reelección apesta.

¿Algo que agregar señor Procurador?