Juan-Manuel-26-300x270A los gobernantes hay que aceptarlos como vienen.

Al presidente Santos hay cosas para abonarle, cosas para reconocerle, cosas para criticarlo y cosas que son difíciles de perdonar y de aceptar.

Hubiera sido interesante que en lugar de dedicarse a una campaña de trinos y contra trinos, centrada en el inmenso ego del principal candidato de oposición, se hubiera hecho un balance serio de la mencionada gestión.  No se ha hecho.

El requesón no es el espacio.

En el terreno de lo imperdonable, sin entrar a calificar en qué se basó la tal la mesa de unidad nacional, su fracaso para impulsar las reformas significativas, se lleva la medalla de oro.

Cada vez que veo una publicidad del honorable Congreso de la República cantando las alabanzas de una leyecita, mal hechecita, que castiga con el mismo rasero al conductor descuidado a quien se le olvidó que la noche anterior se tomó tres copas de vino y  al conductor reventado de la perra a quien detienen en un retén, me da un no sé qué.  Me parece triste que el balance de la legislatura que termina sea esa leyecita cuando se colgaron todas las reformas esenciales.

En estos días se han presentado varios casos que seguramente hubieran tomado otros rumbos si los congresistas de la famosa mesa de unidad nacional, con el contubernio, de por lo menos el ministro de justicia del momento, decidieron aprovechar las mayorías de la tal mesa para cuadrar la reforma de la justicia a su favor.

Hoy mismo aparece una confusa noticia.  En el marco del proceso de pérdida de investidura de los 12 congresistas que conformaban la comisión accidental para conciliar las diferencias entre lo aprobado en el Senado y en la Cámara a quienes se acusa de haberse aprovechado de su condición de conciliadores para amañar la reforma, lo que llevó a que el Presidente tuviera que vetarla.

Según El Tiempo:

Mientras el presidente Juan Manuel Santos aclaró que en ningún momento ha puesto en entredicho a los conciliadores de la reforma a la justicia, Juan Carlos Esguerra, ministro de Justicia para la época del debate, sostuvo que efectivamente sí hubo excesos por parte de la comisión.

Según El Espectador:

El mencionado texto es un cuestionario de ocho páginas en el que el presidente Juan Manuel Santos deja muy mal parados a estos 12 congresistas y señala con vehemencia que estos parlamentarios se extralimitaron y tomaron medidas contrarias a la Constitución

Se pregunta uno ¿al fin qué, los dejó mal parados o no los puso en entredicho?

Me huele a afanes electorales.  Muy seguramente la Presidencia se ha apresurado a corregir con el codo lo que el Presidente hizo con la mano.

Eso por la típica actitud de ponerle siempre una vela a Dios y otra al Diablo.

Es muy posible que en los cálculos electorales o electoreros reeleccionistas, el apoyo de los cuestionados congresistas resulte fundamental.

Al mismo tiempo el Presidente necesita echarle el agua sucia de la fallida reforma a la comisión conciliadora para que no le caiga a él ni a su ministro de justicia del momento a quien la manguala de los congresistas le costó el puesto.

Cito al ministro

“[…] la conciliación se dio de forma irregular, lo cual terminó en una reforma fallida que nos hubiera evitado los problemas de hoy y de la noche que llega”. (Entrevista W Radio publicada por El Tiempo).

La frase del ministro no es afortunada.  Si entiendo bien lo que dice es que  si la reforma no hubiera resultado fallida, ésta nos hubiera evitado problemas y malas noches por venir.

Estos son los doce apóstoles de la conciliación.  Yo no votaría por ellos ni a bates.

Representantes a la Cámara: Carlos Edward Osorio, Alejandro Carlos Chacón Camargo, Germán Varón Cotrino, Gustavo Puentes Díaz, Orlando Velandia Sepúlveda y Roosvelt Rodríguez Rengifo.

Senadores: Jesús Ignacio García, Eduardo Enríquez Maya, Juan Carlos Restrepo, Juan Manuel Corzo, Luis Fernando Duque y Martín Emilio Morales.

Otra razón por la que no me gusta la reelección, votos antes que principios.