Perra Me llamo Ikibunda. No lo soy, pero el señor que me da la comida y a quien le dicto estas historias, ha resuelto llamarme la perra vagabunda.

Aclaro que no pretendo reemplazar el requesón, el único lácteo que me autorizan a mis dos meses de edad y luego de que me separaron de mi mamá es una vaina deslactosada.

Soy perra fina, de raza, fila brasileño, grande, babeo mucho y si me paseo husmeado todos los rincones del apartamento a donde me han traído pero no es por vagabunda sino por exploradora.

Le permito al señor que me da la comida que utilice el “vagabunda” porque rima bien con Ikibunda y porque imagino que muchos leerán los relatos de Ikibunda la perra vagabunda pensando que se refieren a una mujer que se comporta como lo hacen la mayoría de los hombres.

Desde ahora y por siempre rechazo toda utilización de las palabras perra y vagabunda para referirse a esas mujeres.

Me parece aterrador que decir de un hombre que es perro sea positivo en cambio decirlo de una mujer es un insulto de calibre.

Los perros son perros y las perras somos perras, animales domésticos de cuatro patas, muy dados a la amistad con los humanos y las humanas, sea cual fuera su comportamiento socio-sexual.

Me paso el día pegada de la señora a quien el señor que me da la comida trata de Santa Mónica de Asis.

Dice el señor que me da la comida que es porque tiene un amigo copetón, un pájaro al que le da desayuno todos los días y con quien comenta asuntos como el clima o el comportamiento de las palomas.

Ella conversa conmigo y entiende todo lo que yo quiero decirle con una mirada, con un gruñido o con un latido.

Yo escucho las conversaciones de esa pareja. Así nacen Los Relatos de Ikibunda la Perra Vagabunda.

Recién llegada a la casa asistí a una escena que algún día comprenderé, pero que por ahora relato. Se sientan este par de humanos, Santa Mónica y el señor que me da la carne a ver una cosa que llama tevlisión o algo así.

Dice un señor que van a suspender unos bombardeos para que haya menos muertos en una cosa que llaman el conflicto que van a desecayonosequé.

A ese señor le dicen el señor Presidente.

Mónica dice ¿otra vez?

El señor que me da la comida contesta; si otra vez, eso era de esperarse, las FARC declararon la tregua unilateral a partir del lunes, y estos tipos habían dicho que iban a desescalar el conflicto.

Ah era desescalar.

Sale otro señor, un tal Iván Márquez y dice unas cosas que yo no entiendo. Habla de dejación y entrega de armas y habla de justicia.

Estos hijue…as aulla el señor que me da la carne. No grites y no uses esas palabras delante de Iki que la asustas dice Mónica.

El señor que me da la carne está colorado de la ira, en una de esas explota.

Tratando de bajar el tono, con poco éxito debo decir, exclama

¿Cómo es posible que el Presidente anuncie que suspenden los bombardeos y las FARC respondan haciendo quedar como mentiroso a De la Calle? Ahora resulta que no es cierto que vayan a entregar las armas. Ahora resulta que no es cierto que van a aceptar alguna forma de condena por sus delitos.

¿Cómo es posible que en media hora echen por la borda todo lo ganado con la excelente intervención de De la Calle en el senado?

Ahora se van a sorprender con que los que ellos llaman los enemigos de la Paz salgan a cuestionar la suspensión de los bombardeos.

Ya verás Mónica, el procurador y Uribe y todo el coro celestial del centro democrático se apresurarán a cuestionar la suspensión.

El fiscal de la impunidad, el lagarto mayor y los mamertos del congreso saldrán a defender el avance que significa esto para el proceso de paz.

Juan Manuel UrrutiaYo no entendí nada, afortunadamente tengo un huesito y unos muñecos que le robé a una tal Julia con los que me puedo entretener mientras el señor que me da la comida sigue bufando de la ira.

Mientras me voy quedando dormida oigo al señor que me da la carne decir, estos tipos nos la están montando y yo como John Lennon sigo con el cuento de “give peace a chance”

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