En boxeo se le llama el “uno-dos” y fue esta combinación de Donald Trump la que logró unir polos opuestos en Gran Bretaña, de donde surgió un coro de rechazo al presidente por haber retuiteado a sus 40 millones de seguidores videos anti musulmanes de un grupo ultraderechista.
Primero, el presidente compartió un video que muestra a presuntos musulmanes golpeando a cristianos. Producido por el grupo Britain First, el video ha sido desprestigiado como un montaje racista, que encaja perfectamente en la categoría de “Fake News” (noticias falsas).
Cuando la primer ministro Theresa May criticó al presidente, Trump remató diciéndole, “No te enfoques en mí, enfócate en la destrucción que está causando el terrorismo islámico radical en el Reino Unido”.
Los críticos del presidente consideran que el hecho de remitir el mensaje legitimiza la agenda racista y anti musulmán del grupo.
Informa el New York Times,
Las críticas hana venido de polos ideológicos opuestos, como Sadiq Khan, el alcalde de Londres, un musulmán con el que Trump ha peleado repetidamente en Twitter, y Nigel Farage, el provocador euroescéptico que cruzó el Atlántico para hacer campaña por Trump el año pasado. (“Levante las manos, diga ‘me equivoqué’ y, francamente, intente seguir adelante”, le dijo Farage al Sr. Trump).
Reunidos en el Parlamento, los legisladores unánimemente dijeron a Trump, que al ofrecer dar una plataforma al grupo marginal de Gran Bretaña, él había ido demasiado lejos.
Algunos legisladores han pedido que se retire la invitación oficial a Donald Trump a visitar el Reino Unido.
Un miembro del parlamento lo llamó facista. Otro lo describió como “estúpido”. Otro más se preguntó si el presidente es un “racista, incapaz o no piensa — o las tres”.
Por su parte, la Secretaria de Prensa de la presidencia, Sarah Huckabee Sanders, reconociendo que el video es falso, sin embargo dijo que “eleva el nivel del debate”.
Más información en inglés New York Times
Más información en inglés The Huffington Post