Mientras que los precandidatos republicanos denunciaban las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama de exigir investigaciones de antecedentes penales en las compras de armas por parte de particulares, y el Congreso dominado por los republicanos se comprometía a combatir, muchos conservadores optaron por la burla al tono emocional del presidente.
Al presentar la acción ejecutiva para dificultar la compra de armas por particulares, el presidente Obama no pudo controlar las lágrimas al referirse a la masacre de 20 niños y seis adultos en la escuela de Sandy Hook, en Connecticut, en 2012. “Cada vez que recuerdo esos niños me da rabia”, dijo el presidente visiblemente emocionado, mientras le rodaban lágrimas.
Las medidas anunciadas por el primer mandatario fueron rechazadas por la poderosa National Rifle Association y los republicanos en el congreso, tal como había predecido Obama.
Estos nuevos requerimientos, los cuales según el New York Times en muchos casos son más una “guía”, incluyen exigir que se realice una investigación de antecedentes en toda venta de armas, que los vendedores tengan una licencia (así vendan por internet o en las ferias de armas0, que se dificulte la compra de armas para las personas con problemas mentales.
Es probable, incluso, que algunas de esas medidas nunca se implementen, ya que requieren fondos del congreso.
El Presidente del Congreso, Paul Ryan, dijo que presentarán desafíos legales en los tribunales, indica CNN.
“Desde su primer día el Presidente se ha negado a respetar el derecho de poseer un arma segura y legalmente que nuestra nación valora desde su fundación. Él bien sabe que la ley ya exige que la gente que se gana la vida vendiendo armas de fuego obtenga una licencia, sin que importe dónde la venda. De todas formas, en vez de enfocarse en criminales y terroristas, persigue a los ciudadanos que respetan la ley. Sus acciones y palabras no son sino una manera de intimidar y socavar la libertad”.
Los precandidatos republicanos unánimemente denunciaron al presidente señalando que excede su poder, ya que corresponde al Congreso cambiar las leyes.
Mientras tanto, comentaristas, blogueros y otros “conservadores” optaron por la burla, diciendo que eran lágrimas falsas, que el presidente es un farsante.
