Por Pedro Sorela, especial para El Molino —  La pelea por si la Iglesia paga o no impuestos en España es más vieja que la orilla del río.

En efecto, existe un concordato que les exime de buena parte.

Pero yo no soy particularmente beligerante con la iglesia, pues cumple con labores de asistencia –“Cáritas”–, y multitud de misiones que hoy en día se pueden apreciar bastante: Cáritas, por ejemplo, distribuye no sé cuántos miles de comidas al día, y como sabréis por los medios, los comedores de caridad están abarrotados.

No sólo: también reparten mercados.

En cambio, en España no existe en Impuesto de Patrimonio –suprimido hace unos años (y equivale, me parece, a 2000 millones de euros al año) — los ricos figuran entre los que menos impuestos pagan (el tope debe de estar en el 30 y pico por ciento), y no sé si es en esta comunidad de Madrid o en todas que está suprimido el impuesto de sucesiones.

O sea que empecemos por ahí… y cortando el infinito derroche en que este país se embarcó desde hace años.

Ya la presidenta del partido gobernante, y de la comunidad de Castilla-La Mancha (más grande que Portugal) ha propuesto reducir a la mitad el parlamento regional… y que esos diputados no cobren y vivan de sus trabajos “civiles”.

Apostaría a que no se lo van a aprobar.

Desde mi punto de vista, lo que es inviable es la federalización del país, con la multiplicación de muchos gastos por 17: gobiernos, “ministros”, coches oficiales… y así hasta ¡defensor del pueblo!

Esto ha vuelto a ser un reino de taifas, como en el Medioevo, y el debate político es patético, con el presidente intentando contentar a los 17 reyezuelos, e incluso los de su propio partido, que vienen a hablar con él con ínfulas de jefes de estado: el caso más flagrante, el catalán, y pronto el vasco, tras las próximas elecciones, donde al parecer va a arrasar el nacionalismo, y ni siquiera el tradicional sino Bildu, próximo a ETA.

Ni qué decir tiene que todos gastan como Cresos, y cuando les afean la conducta, la respuesta es que la culpa la tiene “Madrid”, que no les deja cobrar sus propios impuestos. (Literal: ese es el último argumento catalán. Y no falla: de ahí la mega manifestación pro independencia de hace unos días).

Otra discusión recurrente es si se debe dar Religión en las escuelas, o Educación Cívica, o colgar crucifijos o no, y pronto será sobre si los ángeles tienen sexo. (Yo ya he tomado posición: es femenino; así seremos buenos para ir al cielo. Las mujeres ya son buenas por principio).

Cuando el problema -y lo digo como profesor- es si los chicos saben multiplicar o no, o han tenido clase de Química. Y no, no lo han tenido. Tampoco leen, ni tienen la más remota idea de quién carajo pudo ser Stendhal, o equivalentes (histórico) y de ahí una serie de vicios nacionales sobre los que podría escribir un libro.

En fin, soy más bien pesimista, pero ya dijo el otro que un pesimista es un optimista bien informado.

La cosa pinta mal, aunque ahora, con la ligera relajación de los calvinistas alemanes y su autorización para que el Banco Central defienda el euro — la reserva federal de EU anunció ayer que inyectará no sé cuántos billones para defender el dólar… hasta que sea necesario — con la ligera sonrisa alemana, digo, la presión afloja un poco.

Pero me parece que sólo será un ratito.

En la Universidad se anuncia un año caliente.

MADRID, 15 de Septiembre del 2012.

Blog de Pedro Sorela

Foto cortesía miguel via flickr