Esta vez no son los demócratas los que le han dado justo y parejo a Mitt Romney: son los mismos republicanos de cuyo partido es candidato presidencial.
Escribe Rachel Weiner en el Washington Post que el descontento amplio, público y bastante fuerte surge del ataque por parte del hombre que quiere ser el próximo presidente de EUA a la manera como el presidente Barack Obama ha manejado el asesinato del embajador de EUA en Libia y los disturbios en la región.
Romney, comentando sobre un comunicado de la embajada en El Cairo seis horas antes de que comenzaran las manifestaciones, dijo que Obama simpatizaba con los que atacaron la embajada.
Comentó un dirigente republicano, “Es importante que se presente como serio, en control y creíble en esta ocasión y se me hace que sus declaraciones de esta mañana fueron burdas, un poquito demasiado espontáneas para la ocasión, y el contraste que presentó con Obama no le favorece”.
Otros indicaron que aunque Romney pudo haber tenido razón, debió haber esperado algún tiempo antes de hablar.
Peggy Noonan veterana columnista republicana del Wall Street Journal comentón en la TV que Romney “no se ha ayudado a sí mismo. Siempre he creído que actuar de manera discreta es la mejor manera”.
Otros republicanos, dice el Washington Post, fueron menos diplomáticos denunciado a su candidato por buscar explotar con fines políticos un ataque al país.