Los resultados de una nueva autopsia indican que Salvador Allende se suicidó con un fusil AK-47, eliminando así las dudas que han persistido por 37 años sobre las circunstancias en torno a la muerte del derrocado dirigente de la Unidad Popular de Chile, escriben Alexei Barrionuevo y Pascale Bonnefoy en el New York Times.
La autopsia, continúa el Times, fue conducida con un equipo de chilenos, apoyados por expertos forenses internacionales.
Dice que no encontró ninguna evidencia de involucramiento de un tercer partido en la muerte de Allende. Las lesiones en el cráneo, dicen, salieron del mismo fusil, un AK-47, que Fidel Castro había obsequiado al mandatario socialista.
El resultado confirma que fue una muerte violenta, resultado de un suicidio.
Agregan que, aunque los partidarios de Allende aseguraran por años que había muerto en combate, sus familiares no habían dudado en los resultados de la autopsia inicial, igual que las declaraciones de testigos presenciales — desde médicos a detectivos del Palacio de La Moneda — según las cuales se había quitado la vida antes de que entraran al palacio los soldados golpistas.
Aún así, en años recientes, habían surgido nuevas teorías de una segunda bala en el cráneo del presidente.
El cadáver de Allende fue exhumado como parte de una investigación sobre los crímenes cometidos durante la dictadura militar.
