Drone militar de EUALa reorientación estratégica de la política exterior de EUA anunciada en su discurso del jueves por el presidente Barack Obama tendrá que enfrentar difíciles retos burocráticos y presupuestarios escriben Mark Landler y Mark Mazzetti en el New York Times. 

Esta nueva perspectiva básicamente exige reorganizar radicalmente los centros de poder en Washington: fortalecer al Departamento de Estado, enfocar de nuevo y gradualmente a la CIA hacia la recolección de inteligencia tradicional, y asignar al Pentágono las responsabilidades por los ataques militares, dice el Times.

No es fácil cambiar lo que el presidente Obama llamó el “estado de guerra perpetuo” que vive EUA desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.

 “Uno de los retos más complejos es la extensa burocracia que, después de casi una docena de años de guerra, ha amasado una enorme influencia y goza de poderosos aliados en el Capitolio. Ello hará difícil revertir lo que ha sido la militarización progresiva de la política exterior de Estados Unidos, incluso en una época de recortes presupuestarios para el Pentágono”.

El mismo presidente Obama jugó un papel importante en esta militarización, recuerda el Times.

“Asumió el poder prometiendo reducir las guerras de EUA en Irak y Afganistán, pero al cabo de un año había enviado 30,000 soldados más a Afganistán a la vez que supervisó una expansión significativa del uso clandestino de aviones no tripulados iniciado por el gobierno de Bush”.

Otra barrera que enfrenta la vía diplomática, explica el Times, es los cortes presupuestales que, combinados con gastos en seguridad adicional y mejoras para las embajadas por más de US$1.5 mil millones, afectan el funcionamiento del Departamento de Estado y la agencia USAID.

Detrás de los cambios anunciados por Obama, se esconde un objetivo geopolítico global que viene “tentando” a presidentes por una generación: el deseo de retirar a EUA del Medio Oriente para concentrarse en Asia, región de mayor crecimiento.

Artículo en inglés