Pues parece que durante el tristemente célebre viaje de Barack Obama y su comitiva presidencial a Cartagena, Colombia, los agentes de Servicio Secreto no fueron los únicos que contrataron prostitutas y se las llevaron a su hotel.
Según informan Carol D. Leonnig y David Nakamura en el Washington Post, Jonathan Dach, del equipo de planificación del presidente y en aquel entonces estudiante de leyes en Yale, también se llevó una mujer a su habitación.
Dach, dice el Post, es hijo de un donante demócrata que contribuyó casi US$30,000 a la reelección del presidente.
Nuevos detalles basados en documentos del gobierno y entrevistas muestran que altos funcionarios de la Casa Blanca tenían información que sugería que una prostituta había pasado la noche en la habitación de un miembro del equipo de avanzada del presidente y sin embargo esa información nunca se investigó rigurosamente ni se reconoció públicamente.
El escándalo de Cartagena en el 2102 le costó el puesto al Director del Servicio Secreto.
