Romney gana el primer debateEl candidato republicano Mitt Romney, luciendo fresco, vigoroso, agresivo, seguro de si mismo y en plena forma, dominó a su adversario demócrata, el actual presidente Barack Obama en el primero de tres debates presidenciales.

Fue una noche, en opinión de comentaristas políticos y sondeos inmediatos, que favoreció al republicano.

Una encuesta de CBS News inmediatamente después del debate entre 500 votantes no decididos dio una victoria contundente a Romney: 46%; mientras que 32% consideraron el debate un empate y 22% vieron a Obama como el ganador.

Dice también la encuesta que un 56% de estos electores salieron con mejor opinión de Romney de la que tenían antes del debate.

A lo largo de 90 minutos, en medio de un bombardeo inmisericorde de datos y estadísticas, leyes y clásulas de las mismas que pocos conocen, se presentaron dos filosofías políticas diferentes: de un lado estaba el presidente actual que, aunque reconoce que el gobierno no es la solución ve en éste la responsabilidad de promover el crecimiento económico y asegurar que todos tengan el mismo acceso a la oportunidad; del otro el hombre que quiere reemplazarlo, quien considera que el mejor papel del gobierno es dejar que florezca el espíritu empresarial.

Mientras que Romney se presentó presidencial y con garra; Obama tenía una apariencia de académico, cansado, molesto, viéndose obligado una y otra vez a explicar nuevamente políticas que ya el público debería conocer.

Para Romney esta victoria es un cambio de juego tras el desastroso mes de septiembre que comenzó con la convención republicana (Clint Eastwood y su monólogo con una silla vacía) y siguió el desgaste continuo producido por el video secreto sobre (“no me preocupo por el 47% del electorado).

Ya muchos comentaristas habían comenzado a cantar el miserere a la campaña republicana.

Ahora parece haber resucitado.

Esta infusión de energía muy bien podría cerrar la diferencia en las encuestas que venía favoreciendo al presidente. En días próximos veremos.

Si Romney apareció en mucho mejor forma es porque venía fogueado, entrenando en 23 previos debates durante la campaña primaria de su partido.

El presidente Obama, quien no debatía desde la elección del 2008 e incluso entonces no fue uno de los mejores debatientes, se trabó en sus respuestas.

Tartamudeó.

Incluso parecía irritado de que alguien le hablara con tal franqueza.

“Sencillamente no entiendo cómo el presidente puede haber asumido la presidencia — enfrentando a 23 millones de personas sin empleo, un desempleo creciente, una crisis económica en la mesa de la cocina — y dedicarle su energía y pasión durante dos años luchando por Obamacare [la ley de salud accesible] en vez de luchar por empleos para el pueblo estadounidense”.

Fueron preguntas así — directas, en un tono firme, exigente e inquisitivo —  las que Obama fue incapaz de responder.

Aunque se presentaron dos filosofías políticas diferentes, fue ante todo el debate un calibrado juego de imágenes — hasta el último detalle, pensando siempre en la audiencia de más de 40 millones.

Los encargados de la campaña habían negociado de antemano hasta el número de personas que podrían ingresar al escenario al cierre del evento.

Y en una sociedad mediática donde la imagen reina sobre la substancia, la energía de Mitt Romney en vívido contraste con el letargo del presidente significó una victoria republicana.

El 11 de octubre, en Centre College, Danville Kentucky, los candidatos vice presidenciales Paul D. Ryan, republicano y Joe Biden, demócrata y actual vice presidente, se enfrentarán en un debate entre 9PM y 10:30PM EST. Moderará Martha Raddatz, de ABC News. Tema: política exterior y asuntos nacionales.

Foto cortesía donkeyhotie via flickr