Rusia bajo el último Zar, Nicolas II, era un país de contrastes étnicos. Ocupaba un vastísimo espacio geográfico que incluía Finlandia, la mayoría de Polonia y todas las repúblicas que formarían parte de la Unión Soviética en el que habitaban más de 150 millones de personas. La mitad eran rusos étnicamente, el resto eran un mosaico étnico, lingüístico y cultural que cautivaron la imaginación de Prokudi-Gorskii, fotógrafo del mismo zar, quien durante años se cruzó el imperio poco antes de que se desencadenara el espiral de cataclismos causados por el ser humano, comenzando con la Primera Guerra Mundial, seguido por la Revolución Bolchevique, la guerra civil, la colectivización forzada, la Segunda Guerra Mundial, las deportaciones masivas y el caos.

Dato curioso de estas fotografías (cuya serenidad les da un cariz surreal) es que fueron tomadas en blanco y negro empleando la técnica desarrollada por el mismo Prokudi-Gorskii llamada Digicromatografía, en que se usaban tres planchas con filtros rojo, verde y azul, las que se forman las bases para dar el color.

Fotos Biblioteca del Congreso