Mientras que Francia sigue en estado de shock ante la idea que que el favorito en las encuestas para quitarle la presidencia a Nicolas Sarkozy haya tenido que pasar el fin de semana en una cárcel neoyorkina, enfrentando cargos criminales relacionados con violencia sexual, tras ser vergonzosamente retirado por las autoridades de la cabina de primera clase de un jet de Air France, comienzan a salir acusaciones de que muchos se hicieron los de la vista gorda con el comportamiento de “Le Grand Seducteur” como llamaban a Dominique Strauss-Kahn DSK.
Primero, los detalles del crimen. Dice la policía neoyorkina que la empleada del hotel identificó a Strauss-Kahn en una línea de sospechosos. La mujer de 32 años de edad dijo que había entrado a la lujosa habitación (US$3,000 la noche) el sábado por la tarde pensando que estaba vacía. En vez, Strauss-Kahn salió del baño desnudo, la persiguió por un corredor, la entró a una habitación donde la atacó.
La mujer se defendió, pero él la obligó a entrar al baño donde la forzó a que realizara sexo oral en él, mientras trataba de retirarle su ropa interior. Ella logró escaparse y avisarle al personal del hotel, dicen las autoridades.
Strauss-Kahn dejó en su habitación su teléfono celular y otros artículos, dicen informes.
El lunes se le presentarán formalmente cargos criminales.
En Francia, mientras tanto, han comenzado a revivirse recuerdos de previos incidentes sexuales de Strauss-Kahn con mujeres, tanto estudiantes, periodistas y subordinadas, escriben desde París Steven Erlanger y Katrin Bennhold en el New York Times.
Señalan que sus relaciones extra maritales eran consideradas un “secreto a voces”, pero los cargos criminales “que incluyen intento de violación, un acto sexual ilegal y un esfuerzo de retener una persona contra su voluntad — son de una magnitud completamente diferente en Francia o cualquier sitio de Europa”.
Cuando el río suena, piedras lleva, dice el refrán y sobre Strauss-Kahn se hablaba mucho. En el 2007 Tristane Banon entrevistó Strauss-Kahn para un libro que estaba escribiendo. Según el Times, él intentó violarla. Contactó un abogado, quien tenía varios expedientes de acusaciones se agresión sexual contra el líder político.
Banon, continúa el Times, abandonó los esfuerzos por llevarlo a la justicia. “No me atreví; no quería ser la muchacha que por el resto de su vida tenía problemas con un político”. La madre de Banon, una dirigente del partido socialista, confrontó al agresor de su hija. “No se qué me pasó, me enloquecí”, dijo
Luego el Times cita a Jean Quatremer, corresponsal del diario Libération. Dijo que el único verdadero problema de Strauss-Kahn son sus relaciones con las mujeres. “Muy insistente, con frecuencia colinda con el hostigamiento. Es una debilidad que los medios conocen, pero nadie menciona (estamos en Francia). Pero el FMI es una institución internacional con morales anglosajones. Un gesto mal dado, una referencia muy específica, y se desbordarán los medios”.
El consenso es que para Dominique Strauss-Kahn “Le Gran Seducteur”, su carrera política igual que su gerencia del Fondo Monetario Internacional, han tenido un final definitivo pero burdo y nada elegante.
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