Foto cortesía The Intercept

Muy mal parados salen el trumpismo y sus candidatos MAGA; enorme victoria para Biden y los demócratas

La principal victoria de los demócratas en las históricas elecciones de medio término se produjo en Pennsylvania, donde John Fetterman derrotó al candidato escogido por Donald Trump, el multimillonario médico de la TV Dr. Mehmet Oz, dando a los demócratas el escaño del republicano saliente Pat Toomey.

Las dimensiones de la victoria son tales que dos días después de la votación no se sabe exactamente cuál partido controlará el Congreso. (El Senado, según pronosticaron las encuestas, estaba a punto de cambiar a los republicanos).

En cuanto el Senado para el 10 de noviembre quedan tres contiendas críticas. Arizona, Nevada y Georgia. Los demócratas, titulares en los tres escaños, necesitan ganar dos para mantener el Senado. En Georgia habrá segunda vuelta el 6 de diciembre.

En términos generales, los republicanos se aliaron detrás de Donald Trump criticando ante todo el estado de la economía, en particular la inflación.

En la Cámara, donde se hablaba de una pérdida posible de 40 a 60 escaños, los republicanos pueden salir con un margen de victoria mínimo. Mucho más modesto de lo que prometían tanto los líderes del partido, como los llamados observadores políticos y las encuestas. La mayoría se logra con 218 escaños y probablemente los republicanos obtendrán 219 o 220, evaporándose sus promesas de investigaciones a Biden y su administración, incluso un juicio político. Una minoría mínima en la Cámara complica toda gestión en la preparación de leyes.

El 8 de noviembre de 2022 ha sido el desempeño más lamentable del partido contrario al del presidente en una elección intermedia dos décadas. Por ejemplo, Bill Clinton perdió 54 escaños en la Cámara en 1994, Barack Obama perdió 63 en 2010. (Ambos ganaron la reelección, Biden no ha anunciado formalmente que se presentará para un segundo término).

Los resultados en Cámara y el Senado determinarán el futuro de la agenda de Biden y servirán como un referéndum sobre su administración, asediada por la inflación y un segmento de la población que parece inclinarse hacia la violencia política.

En Michigan, Wisconsin y Pennsylvania el electorado rechazó a los candidatos a gobernador respaldados por Trump, quienes repitieron las falsas acusaciones del expresidente en el sentido que los resultados de la  elección presidencial de 2020 fueron manipulados.

Dos cosas han favorecido a los demócratas. Primero la decisión de la Corte Suprema, con 6 jueces republicanos, que ilegalizó el derecho al aborto el verano pasado. Esto enfureció y movilizó a las y los demócratas.

La segunda fue la calidad de los candidatos republicanos, que juraron por al trumpismo, con su retórica de violencia y los ataques al proceso electoral (muchos se siguen negando a aceptar que Joe Biden ganó la presidencia en 2022; otros como el candidato a Gobernador de Pennsylvania habían participado activamente en la insurrección del 6 de enero.)

No hay duda de que el gran perdedor ha sido Donald Trump: la mayoría de los candidatos que él mismo escogió fueron derrotados. Y la victoria de Ron DeSantis en La Florida fue enorme, despojándolo del control del Partido Republicano, abriendo una posible guerra civil en el partido. Con el cinismo que siempre lo caracterizó, días antes de la elección Trump dijo que si ganaban sus candidatos, él merecía todo el crédito. Pero si perdían, no era culpa suya.

(Trump pasó las primeras horas de la mañana del miércoles defendiéndose en Truth Social y según reportes estaba de pésimo humor. Particularmente por la derrota en Pennsylvania. Dicen que puteó al presentador de Fox News, Sean Hannity, e incluso culpó a su esposa, Melania, por su impulso para apoyar a Oz, según reportes).

Otra lección de la noche es que las llamadas estrellas demócratas, Beto O’Rourke de Texas, y Stacey Abrams de Georgia, por más telegénicas, carismáticas, y enérgicas que sean no logran cruzar la meta. Demasiados dólares; no los suficientes votos.

En cuanto al gasto en la elección, se proyecta que el costo total de las elecciones intermedias estatales y federales de 2022 supere los US$16.7 mil millones, según un nuevo análisis de OpenSecrets. Se espera que los candidatos federales y los comités políticos gasten $8,900 millones, mientras que los candidatos estatales, los comités de los partidos y los comités de medidas electorales están en camino de recaudar $7,800 millones.

Los candidatos progresistas ganaron contiendas cruciales en las elecciones. Los progresistas de la Cámara sobrevivieron los constantes ataques por adversarios con enormes recursos. Los líderes progresistas (Bernie Sanders, Alexandra Ocasio-Cortez) no solo ayudaron a movilizar gente, apoyando candidatos demócratas y en el proceso aumentaron sus números, tanto en el Congreso como en las legislaturas. Incluso el primer miembro del Congreso de la llamada Generación Z, Maxwell Frost. A nivel estatal varios miembros de la comunidad LBGT lograron importantes cargos, incluso Massachussets donde la nueva gobernadora es lesbiana.

La elección demostró una vez más que la diferencia es mínima entre las encuestas y la astrología. El llamado Tsunami rojo (color de los republicanos en EUA) no se materializó, tal como lo repitió en repetidas ocasiones el cineasta Michael Moore.

Finalmente, podría decirse que la precisión de las encuestas políticas en EUA no es muy diferente de la astrología.