NEW YORK — Transportarse en bicicleta en esta ciudad conlleva una serie de peligros: taxis, tráfico, transeúntes, porrazos, polución pulmonar, incluso irritaciones en la ingle.
Por no decir llegar a la oficina bañado en sudor.
Pero ahora hay algo nuevo de qué deben preocuparse las damas, peor incluso que mostrar demasiado al subírsele la falda, escribe Jessica Benjestorf en Gawker.
Puede causar trastornos vaginales.
Eso mismo.
Dice que el dolor y entumecimiento que sienten las damas “ahí abajo” después de un paseo largo en bicicleta, reduce lo que científicos en Yale han comenzado a llamar la “sensación genital”.
Es algo bastante malo que no tiene solución, dado el diseño de los galápagos actuales, que ponen toda la presión sobre los isquiones (esos hueso cerca de la cola), dice.
Si es consuelo, para nuestras lectoras que montan bicicleta, a los caballeros les puede causar disfunción erectil.
Foto cortesía The Mittens via flickr
