Hace 72 años, un asesino llamado Ramón Mercader, usando un martillo de alpinismo asestó un golpe traicionero a un viejo exiliado ruso llamado León Trotsky.
Al cabo de unas horas habría muerto uno de los personajes más influyentes de la primera mitad del siglo 20, León Trotsky, nacido Lev Davidovitch Bronstein.
Panfletista polémico, orador como pocos, crítico literario, historiador Trotsky colaboró con Lenin en la Revolución de Octubre, la creación de la Unión Soviética, la defensa de esta revolución contra invasores extranjeros, solo para perder una lucha por el poder contra José Stalin.
Exiliado en 1928, primero en Turquía, luego en Noruega, terminó en el México de Lázaro Cárdenas.
Desde su casa en Coyoacán, Trotsky intentó organizar sus seguidores: una serie de grupos que fueron perdiendo influencia política por su propensidad a debatir, su búsqueda de pureza revolucionaria bajo el aura de una revolución permanente, y fueron diezmados tanto por la represión de los nazis y la persecución de Stalin y sus agentes.
León Trotsky 7 noviembre 1879 — 21 de agosto de 1949.
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