Entraron hace un par de años en el escenario político estadounidense y en escasos meses parecía que iban a transformar la política estadounidense, pero de eso ahora es esplendor de antaño, del cual solo queda el recuerdo.
Se trata del Tea Party, la agrupación de base derechista que logró enorme influencia en el partido republicano de EUA y, según escribe Trip Gabriel en el New York Times, sufrió un serio revés con la victoria del presidente Barack Obama el mes pasado.
Dice el Times que en el congreso los republicanos se han negado a obedecer las directivas del movimiento sobre las discusiones en el llamado precipicio fiscal.
Ahora, los activistas se están enfocando en “anular” la reforma de la salud, documentar un supuesto fraude electoral y combatir una resolución de las Naciones Unidas sobre el crecimiento sostenible — todos temas obtusos que no prometen a ampliar las bases del movimiento.
Agrega el Times que muchos republicanos culpan al Tea Party por la derrota que le propinaron los demócratas en noviembre.
Dicen que aunque no va a desaparecer es poco probable que logre controlar el partido.
Un líder republicano de la Florida comparó al Tea Party con los seguidores de George McGovern en el partido demócrata en 1971-1972. “Pueden costarle algunos puestos en el congreso nacional y estatal. Pero también le podrá ganar algunos”.
