BlackwaterNicholas Slatten y tres otros antiguos mercenarios de EUA en Irak fueron sentenciados a 30 años y un día de cárcel por su papel en el atentado en la plaza Nisoor en Bagada en 2007, cuando abrieron fuego contra civiles, cobrando un saldo de 14 civiles muertos y 17 heridos, en un incidente repudiado por la opinión pública mundial al ilustrar la violencia con casi total impunidad causada por los lamados guardias de seguridad privados en las zonas de guerra.

Slatten, quien en el momento trabajaba para la ahora desaparecida compañía Blackwater (que era más como un ejército privado), fue el primero en disparar, indicó un testigo presencial. Siguieron Paul Slough, Evan Liberty y Dustin Heard, quienes recibieron la misma sentencia por los cargos que incluían homicidio, intento de homicidio y uso de armas de fuego mientras se comete un crimen mayor.

La defensa había pedido que el tribunal se compadeciera de los sindicados. La fiscalía pidió que se impusieran penas aún más severas. El juez Royce Lamberth rechazó ambas solicitudes señalando en su fallo que “En base a la seriedad de los crímenes cometido, la condena no es excesiva”.

El juicio había finalizado en octubre, luego de años de verse enfrascado en un laberinto legal.

La defensa siempre argumentó que los sindicados respondieron al fuego enemigo.

La guerra de Irak comenzó en el 2003 cuando la administración Bush ordenó la invasión acusando al entonces presidente Saddam Hussein de poseer armas de destrucción masiva, que nunca fueron encontradas.

Fuente: Newswer