Dirigible
Imagen via Gawker

Justo para la semana de Halloween, cuando los estadounidenses se esfuerzan por asustarse mutuamente, la nación ha sobrevivido una serie de amenazas por aire y por tierra.

Por lo bien alto, unos cuantos cientos de miles millas de distancia, se acerca el asteroide TB145 que la NASA observa por la cercanía a nuestro planeta. Estamos pendientes: si no terminas de leer esta nota, es porque te cayó encima.

No solo eso: A mediados de la semana pasada, se soltó de sus amarras en el estado de Maryland un enorme dirigible militar, cargado de tecnología de punta y quien sabe que más. Hubo que movilizar aviones, carros de polícía, y cámaras de profesionales y amateurs. Eventualmente, y luego de haber causado sustanciales daños en el tendido eléctrico, cayó. Nos hemos salvado del dirigible.

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Aproximadamente US$2.7 mil millones en dólares de los impuestos estadounidenses flotaron sin rumbo claro al despilfarro desde Aberdeen, Maryland, a Bloomsburg, Pennsylvania, donde se desinfló poco a poco y cayó a Tierra después de destruir suficientes líneas eléctricas para dejar aproximadamente 20,000 personas sin electricidad. El innecesario dirigible robot, diseñado para detectar y frustrar ataques imaginarios contra el territorio estadounidense, terminó causando un apagón masivo y su propia destrucción.

Y por si fuera poco, en Arizona una calabaza inflable enorme (8 metros de largo y 350 libras) que se usaba como propaganda para un centro deportivo también se soltó y rebotó por las calles, arrastrando consigo una cola de espectadores, desplazando una buena distancias.

 

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