Roger Simon, comentarista de la revista POLITICO, considera que el presidente Barack Obama tiene una suerte magnífica, elemento que complementa perfectamente el dinero y el equipo de su campaña por la reelección.
Esta suerte, dice, va más alla del hecho de que la economía esté mejorando. Después de todo, señala, para el otoño muchas cosas pueden suceder a la economía.
Se refiere Simon, primero, a los precandidatos republicanos que por meses vienen apareciendo en las pantallas de los televisores del país. “Los republicanos no pudieron resistir organizar 20 debates para mostrar al público estadounidense lo brillante que son y muchas personas han dicho, ‘no tienen nada más'”?
¿Resultado? Las encuestas muestran un marcado aumento en la aprobación del presidente al 53 por ciento, según un sondeo de POLITICO/GWU Battleground conducido a fines de febrero.
El promedio de Real Clear Politics de siete sondeos le da 48.6 por ciento, apunta.
Para Simon, sin embargo, ahí no para la suerte del presidente.
Hay que ver la manera cómo los republicanos están perdiendo el apoyo dentro de un segmento clave del electorado: las mujeres, apunta.
“Las mujeres, que son más de la mitad de la población, han depositado entre cuatro y siete millones más votos que los hombres en tiempos recientes. En cada encuesta presidencial desde 1980, la proporción de mujeres adultas que ha votado supera la proporción de hombres que votaron”, dice.
No obstante ello, escribe Simon, los republicanos encontraron la manera de enemistarse con ellas.
Se refiere al caso de Sandra Fluke.
Recuerda el incidente de la semana pasada que comenzó cuando la joven estudiante de Georgetown dijo ante el congreso de EUA que el seguro médico que ofrece su universidad debería pagar por el control a la natalidad.
Las palabras de la joven produjeron un alevoso ataque de nadie menos que Rush Limbaugh, apóstol de la ultra derecha republicana cuyo programa de radio de 3 horas diarias tiene la mayor audiencia en EUA: 15 millones.
Limbaugh es una vaca sagrada política que nadie se atreve a cuestionar.
Fluke, dijo Limbaugh, es una “perra” y “prostituta” que quiere “que le paguen por tener relaciones sexuales”.
Al día siguiente, Limbaugh se ensañó diciendo que la joven tenía “tanto sexo que me sorprende que pueda caminar”.
“El viernes, el presidente Obama llamó a Fluke para apoyarla y varios de los anunciantes se retiraron del programa de Limbaugh”, escribe Simon.
La distracción ayudó a confundir más el mensaje republicano, señalaron estrategas del partido en los programas de opinión del domingo.
Ahora los demócratas hablan de una “Guerra republicana contra las mujeres”, dice. “Algunos republicanos comprenden el peligro potencial que ello representa”.
¿Y los candidatos? La pusilanimidad de Mitt Romney llama la atención. Inicialemente dijo que, “‘Yo habría usado otras palabras'” — lo cual fue un desastre.
Luego se lavó las manos y afirmó que únicamente hablaría de la economía.
Rick Santorum, por su parte, comentó que Limbaugh “Estaba hablando tonterías, él es un cómico, y un cómico puede hablar tonterías. Su negocio es diferente al mío”.
“¿Qué le pasa a este tipo, es que no entiende la política”? pregunta Roger Simon de POLITICO sobre Santorum.
