220px-Sergey_Lavrov_17.03.2010Cuando Sergey V. Lavrov aprovechó un comentario aparentemente sin pensar del Secretario de Estado de EUA, John Kerry, el veterano diplomático ruso hizo lo que viene haciendo por décadas: ganar posición para su país en al ajedrez diplomático.

Escriben David M. Herszenhorn y Michael R. Gordon en el New York Times que solo minutos después de que Kerry había dicho que si Siria se deshacía de las armas químicas, EUA dejaría sus planes de ataque, ya estaban ambos cancilleres hablando por teléfono.

El ruso llamó al estadounidense.

Esa llamada condujo al pacto actual, el cual la Casa Blanca “considera puede ser la mejor manera de implementar la prohibición en contra del uso del gas venenoso sni optar por la fuerza”.

Es un pacto, dice el Times, que beneficia a Rusia y al gobierno de Siria.

No ha sido ésta la primera vez que Lavrov se ha enfrentado a lo que el Kremlin considera el “peligroso unilateralismo de EUA”, agrega el Times.

Ha pugnado contra los diplomáticos de EUA con tenacidad y dominio de los temas mereciéndole el apodo “Ministro Nyet”.

“Altos funcionarios estadounidenses, incluyendo Hillary Rodham Clinton y Condoleezza Rice han dicho que con frecuencia les enfurecía tratar con él”.

Egresado del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú en 1972, Sergey V. Lavrov estuvo durante años en New York trabajando en las Naciones Unidas.

Dice el Times que habla inglés con fluidez, pero en conferencias de prensa siempre se expresa en ruso.

Un politólogo ruso lo describe como un magnífico burócrata que conoce la línea oficial.

“En los libros de historia, figurarán Lavrov y Kerry — Lavrov el gran hombre que salva a Siria de los ataques militares de EUA y salva a Barack Obama de una humillante y vergonzosa situación en el Congreso”.

Pero por detrás de todo, dice, el nuevo acuerdo es obra del mismo Vladimir Putin.

Artículo en inglés