La han llamado una guerra a muerte y su sevicia y brutalidad siguen bañando en sangre el suelo mexicano.
Informa la Associated Press que entre el 7 y el 9 de julio murieron por lo menos 40 personas en actos de violencia entre los Zetas y otros carteles de la droga en esa nación.
El viernes, un comando de Zetas con fusiles de asalto AK47s y AR15s, entraron disparando a un bar en Monterrey, dejando un saldo de 20 muertos. Se presume que los muertos estaban vinculados con el cartel del golfo.
En las afueras de la capital, se encontraron 11 cadáveres cerca de un pozo el viernes en la mañana. Eran presuntos miembros del carte los templarios.
Cerca de Torreón, en Coahuila, aparecieron otros 10 cadáveres, de posibles miembros del cartel de Sinaloa.
“La violencia es el producto de la guerra entre las mafias, con la intención de controlar las actividades ilegales en una comunidad, no sólo los ingresos, sino además el transporte de droga a los EUA”, dijo un portavoz de la seguridad federal.
Agrega la AP que el gobierno tuvo que enviar en esos día 1,800 efectivos de la policía federal al estado de Michoacán, donde las pandillas habían bloqueado las carreteras en días recientes. La fuerza incluye cerca de 200 vehículos, con ambulancias y helicópteros Black Hawk.
Desde que asumió la presidencia Felipe Calderón en el 2006, agrega la AP, han muerto más de 35,000 mexicanos en las guerras por control del tráfico de drogas.
Artículo en inglés
