
Este espacio, con todos los límites de nuestros humildes recursos y tamaño, siempre ha defendido los derechos LGBT en EUA y en cualquier parte del mundo.
Incuestionablemente.
Hemos denunciado violencia física, intimidación, legislación represiva, la discriminacion.
De igual forma, hemos celebrado cada avance de la comunidad LGBT, especialmente en todo lo relativo a la igualdad de derechos en el matrimonio. En EUA, donde estamos basados, y en el resto del mundo, de donde nos consideramos ciudadanos.
Este espacio también se ha pronunciado en pro de los derechos democráticos y la libre expresión: Desde las movilizaciones de Occupy Wall Street y otros grupos de indignados en el mundo, a la brutal, medieval e inncesaria represión contra las activistas rusas de Pussy Riot, encarceladas en el Gulag ruso por un acto infantil de vandalismo.
Es por ello que no deja de asombrarnos el tono anti ruso con que los medios occidentales están informando sobre los Juegos Olímpicos de Sochi.
Notamos una enorme hipocresía casi generalizada cuando reporteros, comentaristas, políticos enarbolan la bandera del arco iris, ondeándola como si siempre hubieran respetado los respetos LBGT.
Algo nos dice que el tono santurrón e hipócrita pretende que miremos hacia los defectos de otros para olvidar los problemas aquí.
Nos recuerda a los años 60s cuando desde las cúpulas de poder de EUA se denunciaba la represión colonial en Africa, pero 11 millones de afroamericanos no tenían igualdad de derechos.
La bandera de la libertad le queda grande a una sociedad que tiene más presos per cápita que ninguna otra en el mundo; que deporta anualmente casi medio millón de personas; que todavía discrimina en base a sexo (y orientación sexual), raza, religión y estrato económico.
Unimos nuestra voz en pro de los derechos LGBT en Rusia y en todo el mundo.
Pero también pedimos derechos para todos los demás –especialmente los 11 millones de residentes sin documentación legal en EUA.
Carlos F. Torres
New York, NY
Febrero 8, 2014