Al solicitar estatus como “Estado Observador” para Palestina en las Naciones Unidas, la Autoridad Nacional Palestina se aparta rápidamente y en frustración de su pasiva espera por una solución gestada por EUA, depositando en vez su fe en la comunidad internacional.
El voto, que según diversos informes va a recibir un apoyo abrumador, será una derrota diplomática para el estado de Israel y disminuirá la influencia estadounidense en las negociaciones futuras.
Refleja la frustración del pueblo palestino y el presidente Mahmoud Abbas ante la total ausencia de progreso para su nación en el año desde que pidió reconocimiento como estado.
No ha habido negociaciones, los asentamientos siguen e Israel tiene una presencia militar cada día mayor en Cisjordania.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tiene un discurso cada día más bélico y agresivo, que descarta a los palestinos, sus condiciones de vida y sus aspiraciones como nación.
Además, Gaza continúa bajo sitio, en condiciones infrahumanas, con una economía estrangulada por el bloqueo israelí y, como se vio la semana pasada, la situación puede explotar en cualquier momento.
En su nuevo estatus, Palestina podrá ser miembro de la Corte Criminal Internacional, lo cual da un marco legal para investigar muchas acciones de Israel en los territorios ocupados, incluso respecto a los asentamientos.
El único jugador que podría impulsar un acuerdo político realista es EUA, pero fuera de oponerse a dar el mejorado estatus a Palestina parece haber olvidado la región.
Foto cortesía noland’stoforeing via flickr
