Cumplido un año desde el día que Donald Trump sorprendió al mundo con su victoria electoral, su partido republicano ha tenido que presenciar una serie de victorias demócratas en elecciones en varios estados de la Unión.
Candidatos demócratas ganaron holgadamente las gobernaciones de los estados de Virginia y New Jersey.
En Virginia Ralph Northam superó por 8.6 puntos a Ed Gilespie, quien corrió con el mismo discurso anti inmigrante, con tintes de supremacismo blanco, que usó Trump en las presidenciales 2016. En New Jersey Philip Murphy aplastó con una ventaja de 12.9% a Kim Guadagno, la vice gobernadora del estado de New Jersey. Guadagno nunca pudo superar sus vínculos con Chris Christie, quien terminó su mandato totalmente desprestigiado y acabado políticamente.
Así permanece en manos demócratas el estado de Virginia, el cual algunos consideraban se inclinaba hacia los republicanos, quienes pierden New Jersey, en términos de población uno de los principales estados de EUA.
Pero la victoria de los demócratas fue más allá.
A niveles locales, ganaron 14 curules en la asamblea de Virginia, con lo cual ahora controlan la legislatura estatal 48 a 47.
En cuanto al mensaje de intolerancia promovido por Trump hacia la comunidad LBGT, dos candidatos abiertamente transgénero ganaron. En Virginia, Danica Roen ganó su cargo en la asamblea estatal, aplastando all autodenominado “anti homosexual más grande del estado”. En Minneapolis, Andrea Jenkins fue elegida al ayuntamiento.
Igualmente, en Charlotte, Carolina del Norte, Vi Lyles, una mujer afroamericana será la nueva alcadesa.
Huffington Post publica una larga lista de las victorias de candidatos demócratas.
Bill de Blasio mantuvo la alcaldía de New York.
La atención del país había centrado en Virginia, donde en algunos momentos las encuestas indicaban resultados cerrados. Pero no no fue así.
La victoria de Northam en Virginia ha sido gran alivio para el partido demócrata a nivel nacional, que quedó magullado, dividido y desmoralizado desde que Trump llegó a la Casa Blanca, y a comienzos de año sufrió pérdidas en las elecciones especiales a la Cámara en Montana y Georgia.
Ed Gillespie le apostó al extremismo en Virginia (donde los neo nazis han marchado a favor de las estatuas confederadas), pero fue rechazado. Votantes liberales, moderados, con más educación formal que los votantes republicanos enviaron un mensaje claro al presidente Trump, en un estado que lo rechazó en 2016 y donde es altamente impopular. Fueron ellos la fuerza motriz tras la victoria de Northam y pueden ser la base para el próximo objetivo de los demócratas: la Cámara de Representantes en noviembre 2018
Fue una noche en que el electorado repudió los mensajes racistas que vinculaban la inmigración con la delincuencia, el discurso nacionalista, y la política de agravios y chivos expiatorios que pusieron a Trump en la Casa Blanca.
Una noche histórica para los demócratas.