Más claro no canta un gallo. Mientras Texas se congela, la congresista social-demócrata Alexandria Cortez-Ocasio moviliza recursos y recauda US$4 millones de dólares para ayudar a los damnificados.
Poco importa que ella sea neoyorkina, o que los políticos en Texas la hayan atacado vilmente.
Esa es la solidaridad.
En Texas, Beto O’Rourke excandidato al senado por el puesto de Ted Cruz, se moviliza de puerta en puerta llevando alimentos, velando por el bienestar de la gente.
Esa es la solidaridad.
Mientras tanto el gobernador Gregg Abbott dice que todo es causa de la energía renovable, que tumbó la red eléctrica, aunque muchos otros (incluyendo Bill Gates) atribuyen el problema a la negligencia, la falta de planificación y, últimamente, codicia de los empresarios de la energía.
El Senador Ted Cruz, por su parte, se pasa por la faja la situación de su gente y se marcha para Cancún, en busca del calor. Pero revienta un escándalo que lo obliga a regresar entonces, ¡culpa a sus hijas! Trata de presentarse como buen papá.
Más de 70 personas han muerto, congeladas, asfixiadas, están bajo condiciones infrahumanas en casas sin calefacción ni agua. Hacinadas, en las cárceles, personas detenidas que no han podido pagar fianzas sobrevivien sin agua, ni calefacción, ni siquiera servicios sanitarios, en baños con inodoros llenos.
Las tiendas están vaciándose.
La gente necesita hervir el agua. Y se viene más frío.
La tragedia de Texas — humana y política — es un microcosmo de los problemas del capitalismo crudo, salvaje y desaforado. Pero al mismo tiempo muestra cómo un socialismo democrático, que de prioridad a las necesidades humanas impulse la solidaridad, puede ofrecer soluciones.
Soluciones como las que con su ejemplo vivo promueven Alexandria Ocasio-Cortez y otros líderes progresistas en EUA, y que son la salida más lógica de esta crisis causada por el cambio climático, y gobernantes que no representan sino la codicia.
Lo vimos en esta semana que pasó.
CFT,
Director El Molino Online
PA, USA
2/21/2021
