Comenzó temprano el jueves en New York City, con fines de ampliarse al resto del país, una huelga nacional de empleados de comida rápida en torno a aumentos salariales y el derecho a formar un sindicato.
El punto de partida fue McDonald’s en Midtown Manhattan, donde se reunió un grupo de unos 500 personas formado por trabajadores, activistas, dirigentes religiosos con consignas, muchas de ellas en español ya que la fuerza laboral es hispana.
Los trabajadores piden aumentos en el salario mínimo, que es de US$7.25 la hora, cifra que sencillamente no da abasto para sobrevivir.
Las protestas se ampliarán a otros restaurantes de la ciudad a lo largo del día y se espera que tengan lugar en Los Angeles, Chicago, Charlotte, N.C, Detroit, entre otras ciudades.
Las protestas de un día de duración alcanzarán 1,000 establecimientos, según han dicho a la prensa los organizadores.
