La insurrección del 6 de enero en la capital estadounidense puso en primer plano los vínculos entre la derecha fascista y las Fuerzas Armadas de EUA. Muchos de los detenidos e implicados habían prestado servicio militar en alguna de las guerras estadounidenses en lo que va de este siglo.
Roll Call informa sobre una investigación por parte de los mandos del Pentágono que busca establecer las dimensiones de este alarmante fenómeno. Apartes de la nota.
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” […] El informe, obtenido por CQ Roll Call, pinta un panorama desolador de las infiltraciones de los supremacistas blancos en el ejército estadounidense. Y revela varios pasos que el Pentágono está revisando actualmente para expulsar a esas personas y ayudar a mantenerlas fuera, desde acceder a una base de datos del FBI sobre tatuajes extremistas hasta mejorar las preguntas de autorización de seguridad.
“[…] los militares retirados que se adhieren a creencias supremacistas han estado sobrerrepresentados en la violencia reciente a través del país, incluido el ataque del 6 de enero al Capitolio.
“El informe del Pentágono dijo que el personal militar y los veteranos del ejército son reclutas “muy apreciados” para los grupos supremacistas, y los líderes de esos grupos intentan unirse a las fuerzas armadas ellos mismos y hacer que los que ya están en sus grupos se enlisten. Su objetivo es obtener armas y habilidades y tratar de potenciar para sus fines el prestigio y presunto valor de los militares, sugirieron los autores del estudio.
“A pesar del bajo número de casos en términos absolutos, las personas con afiliaciones extremistas y experiencia militar son una preocupación para la seguridad nacional de EUA debido a su probada capacidad para ejecutar eventos de alto impacto”, afirmó el informe. “El acceso a miembros del servicio con entrenamiento de combate y experiencia técnica en armas también puede aumentar tanto la probabilidad de éxito como la potencia de los ataques violentos planificados”.
