Se llama Timur, tiene 24 años, y vive en la república rusa de Tatarstan.
Es un artista de tatuaje y hace poco, según escribe Spooky en Oddity Central, tuvo la brillante idea tatuar a Coco, su mascota un gato de la raza Esfinge, que no tiene pelo.
Luego, colocó las fotos en la red social Vkontakte, agrega Oddity Central.
Ello horrorizó a los defensores de animales, que lo acusaron de crueldad.
Tampoco le perdonaron el que Coco estuviera privado de sus sentidos, ya que el proceso de sanar un tatuaje es largo y doloroso.
Además, si le entra tinta al flujo sanguíneo al gato, se puede enfermar.
Dijeron también que dormir con anestesia a un gato le va restando años de vida.
Lo que no hemos escuchado es que el tatuaje es feo.
No: horrible.
Espantoso — casi tanto como tatuar a un pobre animal indefenso.
Pobre Coco. Y pobre diablo Timur.
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