Gritos y recriminaciones
Kelleyanne Conway, directora de la campaña de Donald Trump, y Robby Mook, director de la campaña de Hillary Clinton. Foto AP via Washington Post.

Patrocinada por Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, tuvo lugar una tensa y agitada reunión entre los equpos responsables de las campañas de la larga temporada electoral en EUA.

Foros como éste se celebran cada cuatro años pasadas unas semanas de las elecciones presidenciales. Reúnen directivos de casi todas las campañas, tanto las primarias como la general, además de un contingente de periodistas, con el objetivo explícito de comenzar a compilar un historial”, explica una nota del Washington Post. 

Son eventos francos pero dentro de un tono civil, indica el periodico.

Ausente de la reunión estuvo Steven Bannon, el polémico asesor de Donald J. Trump que ha sido acusado de antisemitismo y de impulsar el supremacismo blanco en EUA.

En sí, la ausencia de Bannon hubiera sido la noticia. Pero hubo mucho más.

“La cruda y persistente emoción de la campaña presidencial de 2016 estalló este jueves, mientras los principales estrategas de la campaña de Hillary Clinton acusaban a gritos a sus homólogos republicanos de impulsar y legitimar el racismo para elegir a Donald Trump”, dice el periódico capitalino.

La directora de comunicaciones de Clinton, Jennifer Palmieri, denunció a Bannon como racista.

“Si proveer una plataforma para los supremacistas blancos me convierte en una maestra de la táctica, me enorgullece el haber perdido. Prefiero haber perdido que ganar de la manera que Uds lo hicieron”.

Respuesta de Kellyanne Conway, la telegénica directora de la campaña de Trump. “¿Tu crees que yo dirigí una campaña en la que el supremacismo blanco tuvo una plataforma?”

Palmieri, combatiendo las lágrimas. “Lo hiciste, Kellyanne. Lo hiciste”.

Conway: “Crees que pudieron haber tenido un mensaje decente para la clase obrera blanca?. ¿Has pensado que Hillary Clinton no conecta con la gente? ¿Que no tiene nada en común con ellos? ¿Qué no presentó un mensaje económico?”

Conway acusó al campo de Clinton de ser “malos perdedores”. Sé que están furiosos, pero él es su presidente también.

Robby Mook de la campaña de Clinton reconoció errores y fallos de cálculo al no tener en cuenta que Clinton fue percibida como candidata del “establishment” en un año en que el electorado quería cambio.

El campo Trump sostuvo que los problemas de Clinton fueron causados por ella misma. Más allá de asuntos tácticos, fue la debilidad de la candidata que, ausente un mensaje, enfocó sus esfuerzos en presentar a Trump como inaceptable.

Jeff Weaver, de la campaña de Bernie Sanders, agregó que “Durante la primaria del partido demócrata gran parte del electorado tuvo preocupaciones sobre la veracidad y sinceridad” de Hillary Clinton.

Dijo Conway. “Existe una diferencia para el electorado sobre lo que le ofende y lo que le afecta”.

El campo Clinton insistió repetidamente que a la candidata se le juzgó con otra medida, como en el caso del servidor privado de correo que algunos sostienen fue una exageración.

El Washington Post considera “interesante” la observación de Corey Lewandowski de la campaña de Trump. “El problema con los medios es que Uds aceptaron literalmente todo lo que dijo Donald Trump. El pueblo americano no. Ellos comprendieron que a veces — en medio de una conversación con gente, ya sea en la mesa o en un bar — vas a decir cosas, y no siempre tienes los datos para respaldarlas”.

Desde el campo Clinton, recordaron al campo Trump que la candidata ha recibido más votos que el presidente electo.

Responde Conway. “Recuerden que ganamos. No tienen que responder. El fue el mejor candidato. Por eso ganamos”.

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