El fuerte terremoto que golpeó a Chile el 26 de febrero ha causado un tsunami en el Océano Pacífico, generando una “observación de tsunami” en las costas de California y partes de Alaska, y una “alerta de tsunami” en Hawaii.

Las olas podrían comenzar a llegar a Hawaii a partir de las 11:19 a.m.

LiveScience explica cómo funcionan estos cataclismos que causan destrucción masiva en los litorales.  “Un tsunami no es una sola ola, sino una serie de olas que tienen un efecto parecido al de las ondas que se produce al tirarse una piedra en un charco. Cada ola puede durar entre cinco y 15 minutos, y el peligro puede extenderse por horas después de la ola inicial”.

Además de terremotos, los tsunamis pueden producirse a raíz de erupciones volcánicas, explosiones submarinas e incluso aludes.

No hay manera de predecir la altura de las olas y la primera puede no ser la más grande. Según LiveScience, explica por qué: “Nadie sabe cómo un temblor ha afectado el fondo del mar hasta horas, incluso días y meses después de que tenga lugar. Y el tsunami es impredecible en el mar abierto, alcanzando plena ferocidad sólo cuando se acerca a la costa”.

La cuenca del Océano Pacífico es muy propensa a los tsunamis. El año pasado, un estudio de fallas de terremotos en la costa de Alaska predijo que el riesgo de tsunamis en la Costa Oeste de EUA es mayor de lo que se inicialmente se pensaba. La destrucción de un tsunami en California podría alcanzar los 42 millones de dólares.

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