Un joven de 20 años ha sido detenido en Virginia, EUA, acusado de asesinato en segundo grado tras causar la muerte de una mujer de 32 años y heridas de seriedad a 19 otras personas, atropellados todos por el auto que él les lanzó encima luego de que las víctimas protestaran un mitin convocado en Charlottesville, que reunió a miles de racistas, nazis y supremacistas blancos, evento que fue organizado como un acto de “unidad de las derechas”.

Paralelo a ello, se accidentó un helicóptero de la policía estatal que servía de apoyo a las fuerzas de la ley intentando mantener bajo control las protestas. Murieron dos patrulleros estatales a bordo del aparato.

Es poco lo que se conoce hasta el momento de James Alex Fields, Jr., solo que es de Maumee, Ohio, cerca de Toledo. Está preso acusado de asesinato en segundo grado y otros varios cargos criminales.

Las autoridades le acusan de lanzar su auto en contra de un grupo de personas que había protestado la manifestación de los supremacistas blancos. Múltiples fotos y videos documentan el cobarde atentado.

Las agrupaciones derechistas habían planeado por bastante tiempo esta manifestación para protestar la decisión del ayuntamiento de Charlottesville de retirar una estatua de Robert E. Lee, el general sureño que encabezó los ejércitos esclavistas durante la guerra civil hace más de 150 años. Lee nació y vivió en Virginia.

En tiempos recientes, se han retirado estatuas de heroes militares esclavistas en diversas ciudades sureñas, entre ellas New Orleans.

Con la participación de miles de personas de todo EUA, fue ésta la movilización más grande en décadas de la ultraderecha, que con la elección de Donald Trump recibió una potente dosis de vitalidad y visibilidad. Mostraron sus colores diversas formaciones nazis en diversos uniformes.

Se movilizó gente de todo el país. No únicamente hombres sino también mujeres. 

Potenciando el simbolismo nazi, antisemita y esclavista, la noche del viernes hasta la madrugada del sábado, los derechistas desfilaron con antorchas. Las imágenes traen recuerdos del Ku Klux Klan y de las huestes de Hitler en el preludio al holocausto.

Al mismo tiempo, grupos en oposición a los racistas movilizaron sus propias protestas. Fue una amplia coalición, agrupando sectores pacifistas, eclesiásticos,defensores de los derechos LBGTI. Igual que los nazis,otros llegaron preparados con equipo de choque, con cascos protectores, bates, macanas.

A lo largo de varias horas, tuvieron lugar una serie de choques, con piedras, palos, patadas, puños, empujones, gases, spray de pimienta, insultos, que produjeron algunos heridos.

Al cabo de un rato, las autoridades declararon ilegal las protestas y comenzaron a dispersar a la gente.

Poco después, el joven embistió a un grupo de personas con su poderoso auto Dodge Challenger a una velocidad de alrededor 50 millas la hora, según testigos presenciales. Atropelló, retrocedió, y repitió, señal aparente de premeditación.

Lo que siguió fue confusión y caos.

Caos en las calles de Charlottesville — con 1 muerto, heridos, ambulancias.

Y confusión en los corredores del poder de EUA, donde la ambigua declaración inicial del presidente Trump casi de inmediato causó amplio rechazo.

El presidente dijo que condenaba “el odio, la intolerancia y la violencia que surge de muchos lados. De muchos lados”. Estas palabras fueron bienvenidas por los grupos neonazis.

Pero muchos, incluyendo comentaristas favorables a la administración y aliados de su partido, atacaron al presidente por comparar la violencia y el odio que predican, promueven y practican los nacionalistas blancos con las protestas en contra del racismo.

Igualmente, otros han cuestionado al presidente por negarse a denunciar a nazis y supremacistas blancos llamándolos como tales. Recuerdan las críticas de Trump al expresidente Barack Obama por no usar la palabra “Islam Radical” en referencia al terrorismo musulmán. Voces del partido republicano y del demócrata han exigido al presidente que de una vez por todas se pronuncie contra esta forma de terrorismo. Otros incluso señalan que poderosos miembros de su administración simpatizan con estos grupos.

Todo eso opacó otros acontecimientos de esta semana. Como las tensiones sobre Corea, que algunos han comparado con la crisis de los cohetes en octubre 1962. O las amenazas de Trump de invadir Venezuela. O el creciente alcance de la investigación sobre Rusia, la redada al domicilio de Paul Manafort, exdirector de la campaña Trump 2016m, y la noticia de que el Fiscal Independiente comenzará a entrevistar gente del “West Wing” de la Casa Blanca.

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Virginia, EUA, 8/13/2017