Fueron momentos altamente emocionales on lágrimas tanto de la testigo como del acusado, indica Benjamin Weiser en el New York Times sobre el testimonio de Kathleen Mangan-Valle, esposa de Gilberto Valle, tristemente célebre tras haber sido acusado de intentos de asesinar a varias mujeres para comérselas.
El juicio comenzó el lunes en la corte federal del distrito en Manhattan, con la sala llena a capacidad, dice el Times.
La señora Mangan-Valle, explica el Times, vio en el computador de su marido unas fotos de una mujer muerta. La curiosidad le llevó a investigar un poco más, indagar sobre la historia electrónica del agente de NYPD y vio que él discutía sus “planes de torturar y matar mujeres, incluyéndola a ella”.
“Me iban a amarrar las piernas, cortar el pescuezo, se iban a divertir viendo como corría mi sangre”, dijo.
Ella contactó a las autoridades tras haber descubierto evidencia de los intentos de su marido de violar, torturar y asesinar mujeres, incluyéndola a ella.
La defensa dice que todo era únicamente una fantasía — ya fuera pervertida pero que él jamás intentaría realizar.
El caso, dice el Times, presenta una pregunta fundamental: ¿En qué momento una fantasía se convierte en un crimen?
Comenta un experto sobre internet.
“Si hace 30 años, usted fuera un individuo medianamente interesado en el canibalismo, habría sido muy difícil encontrar a alguien en el espacio real con quien hacer causa común”.
Sin embargo, en la época de internet, “Es mucho más fácil encontrar a gente así, con lo cual se forman comunidades en que se validan mutuamente, animándose unos a otros y ahora no es descabellado pensar que algunas personas en la comunidad que de otra manera no podrían ser empujados más allá de ciertas líneas ahora las pueden cruzar”.
Y esto es lo que está en juego en el juicio del policía caníbal de New York.
