Un equipo de investigadores sobre el Gran Tiburón Blanco en Sudáfrica vieron a la bestia mucho más de cerca de lo que esperaban cuando un monstruo de tres metros de largo dio un enorme salto y cayó en la cubierta de una embarcación.
Escribe Xan Rice en The Guardian, que el animal comenzó a aletear, cortando cables de combustible y destruyendo más equipo hasta quedar atrapado entre contenedores. Para evitar que muriera, lo regaron con agua constantemente.
Realizaron varios intentos de regresarlo al agua, incluso tratando de halarlo por la cola con otra barca. Finalmente, terminaron remolcando el barco con el tiburón adentro (y los tripulantes rociándolo con agua) hasta el puerto. Allí, agrega The Guardian, con una grúa finalmente pudieron sacarlo y tirarlo de vuelta al mar.
Por alguna razón, horas después el animal llegó a la playa donde estuvo atascado hasta que nuevamente vinieron los humanos con cuerdas para remocarlo y llevarlo al mar abierto, donde finalmente fue puesto en libertad.
