A lo largo y ancho de EUA se gesta un movimiento en contra de las políticas de extrema derecha fascista implementadas por la administración Trump. Esta oposición, además de organizar en todo tipo de protestas por las calles y las plazas del país, ha comenzando a presentar candidatos para diversos cargos públicos, registrando importantes logros en lo que es una lucha en dos frentes: Contra la derecha y en contra del establishment del partido demócrata EUA.
Muchas mujeres están al centro de estas campañas.
Algunas de estas mujeres son activistas del partido Socialistas Demócratas de América (DSA por sus siglas en inglés), y se formaron impulsando la candidatura de Bernie Sanders, quien en 2015-2016 desafió a Hillary Clinton por la nominación del partido demócrata y quien desde el senado de EUA sigue organizando.
Varias neoyorkina destacan por su combatividad y atraverse a enfrentar a la maquinaria del partido demócrata. En el Distrito 14 para el Congreso de la nación, Alexandria Ocasio-Cortez desafió, y derrotó al congresista Joe Crowley en la primaria que tuvo lugar a fines de junio, y se anticipa que será elegida en noviembre.
Otra latina socialista, Julia Salazar está luchando por la nominación de su partido como candidata al senado estatal en representación de North Brooklyn, donde quiere desplazar a Martin Dilan, jefe de una dinastía política quien lleva 16 años en su cargo, y a quienes Salazar acusa de recibir “enormes cantidades de dinero” de parte de constructores cuya sed de ganancias se traduce en políticas lesivas para los inquilinos.
Salazar ha recibido el apoyo de otras candidatas progresistas, como Zephyr Teachout candidata a Fiscal General del estado, y Cynthia Nixon, quien persigue la nominación del partido para el cargo de gobernadora del estado.
publica en la revista New York Magazine una nota titulada “Tocando puertas con Julia Salazar, Conoce a la otra candidata Socialdemócrata en una elección en New York”.
Traducimos apartes.
Salazar, de 27 años, nació en una familia políticamente conservadora –su padre, un inmigrante colombiano, era piloto de carga y su madre italoamericana, azafata. Ella se crió en Colombia y en la Florida. (Es ciudadana naturalizada de EUA). Se mudó a New York para asistir a la universidad de Columbia, donde estudió historia de Medio Oriente y obtuvo “consciencia de clase” mientras trabajaba como niñera y limpianado casas. Más tarde, dirigió una huelga de inquilino contra la empresa de administración de su edificio por condiciones inhabitables. Su trato con los legisladores que hacen las leyes de vivienda le produjo una epifanía: “Tenemos que reemplazar a esta gente”.
“Después de la universidad, estuve tratando de escribir. Empecé a asistir a los grupos de lectura jacobinos”, dijo Salazar. La revista socialista Jacobin ahora dirige alrededor de 65 grupos de lectura internacionalmente, donde los miembros se reúnen para discutir una selección de artículos y los temas más amplios que abordan. La primera reunión que recuerda que asistió fue sobre el Sur Global.
“La premisa central de estos grupos de lectura era asegurarse de que las personas no sean consumidores pasivos de una revista”, me dijo Bhaskar Sunkara, el director de Jacobin. “No solo como personas que leen n+1 solos en sus habitaciones mientras piensan realmente me gusta lo que escriben”. La creciente popularidad de Jacobin ha reflejado el regreso de la política socialista.
En diciembre, la revista The Nation informó que “alrededor de 24,000 personas – de 70 a 80% de ellos menores de 35 años” se habían integrado a DSA desde la elección de Trump.
Cuando se trata de la relación con DSA, las raíces de Salazar son aún más profundas que las de Ocasio-Cortez. “Alexandria Ocasio-Cortez ingresó cuando buscaba el respaldo de DSA”, explicó Salazar. “Ella es absolutamente una socialista demócrata, pero antes no estaba organizando con DSA”.
Salazar, por otra parte, forma parte del comité organizador del grupo de trabajo feminista socialista. “Julia representa el ciclo de vida ideal de un socialista”, dijo Sunkara, “desde un despertar político inicial, a una fase intelectual con los grupos de lectura, para luego integrarse a DSA, y ahora postularse para un cargo público”.
Un día, en el metro que llevaba a Salazar a su trabajo en Jews for Racial & Economic Justice, donde ella era organizadora sobre asuntos policiales, recibió por texto un mensaje de una amistad: “Alguien tiene que postularse contra Dilan”. Ella estuvo de acuerdo, sin darse cuenta de que su amistad se refería a ella. Tomó semanas convencerla de que dejara su trabajo diario y se lanzara a la contienda.
Desde la victoria de Ocasio-Cortez, muchos observadores, incluidos algunos miembros de DSA, han comparado a DSA con el Tea Party por su potencial para desafiar desde la izquierda a los titulares demócratas cómodos en sus cargos. Pero una mejor analogía podría ser la derecha cristiana, porque ofrece una cultura integral.
En lugar de leer la Biblia, leen Jacobin y Marx. En lugar de protestar contra el aborto, emprenden acciones constantes por los derechos de los inquilinos, la atención médica con un solo punto de pago y los derechos de los inmigrantes.
“DSA tiene una ventaja”, sostiene Michael Kinnucan, un miembro de DSA que también escribió para Jacobin, “porque no es una organización puramente electoral y existe un compromiso real compartido por elaborar una teoría y una práctica de cómo cambiar las cosas”. Ese compromiso se traduce en voluntarios en las calles en el momento de las elecciones que disminuyen la necesidad de recaudar fondos. Ocasio-Cortez fue superada por su oponente, Joe Crowley, casi cinco a uno”.
La elección primaria tendrá lugar el 13 de septiembre.
