Anda furioso. Grita en una Casa Blanca casi vacía. Y ahora no encuentra abogados que lo defiendan en el juicio

Informa Bloomberg que el presidente Donald J. Trump, en vísperas de enfrentar su histórico segundo juicio político — ésta vez por incitar a la insurrección en el Capitolio de EUA el 6 de enero, tiene dificultades encontrando un equipo legal que lo defienda.

Los aliados del presidente saliente han estado investigando el panorama legal de Washington en busca de representación, pero hasta el momento se están quedando cortos. Los abogados que lo defendieron en el juicio político anterior, incluidos Jay Sekulow y el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, han dicho eta vez que no gracias.  

Tampoco han manifestado interés alguno abogados que lo han defendido en previas ocasiones, incluidos la Fiscal general de Florida Pam Bondi, Eric Herschmann, Pat Philbin y Marc Kasowitz. Algunos de estos abogados han dicho en privado que lo que hizo Trump es indefendible.

Bloomberg cita a Keith Whittington, profesor de política en la Universidad de Princeton. “Aquellos que podrían haber simpatizado con defender al presidente en otros contextos, como su primer juicio político, no necesariamente quieren defender lo que ha hecho aquí, porque no son fáciles de defender y empañarán la reputación profesional de las personas. El camino.”

Otra razón por la que los buenos abogados permanecen al margen es la presión que ejercen sobre las firmas de abogados grupos de interés como el Proyecto Lincoln, dijo Jonathan Turley, profesor de derecho constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington.

El proyecto Lincoln, formado por republicanos que repudiaron a Trump desde un comienzo, ha atacado públicamente a las grandes firmas de abogados élite como Jones Day fueron, por representar a Trump en sus fallidos intentos por cambiar el resultado de las elecciones. 

Según Bloomberg, Trump dice que Rudy Giuliani debe formar parte de cualquier equipo. Pero pocos quieren trabajar con él.

El hombre es tóxico.