2340045519_1386d87e11_zEn un día en que la nieve y el frío azotaron gran parte de EUA, paralizando casi totalmente el sur de EUA, el presidente Barack Obama pronunció su discurso anual del Estado de la Unión.

Para Carl Hulse del New York Times, el discurso representó un “estudio de una ambición reducida”.

Su amenaza de resolver el impase político de la capital mediante medidas ejecutivas, “en esencia reconoce tanto los límites de su capacidad de impulsar una agenda a través del Congreso como la probabilidad de que los logros futuros sean estrechos”.

El presidente, indica el Times, se comprometió a decretar aumentos en el salario mínimos de los contratistas federales, medida que sin tener el apoyo del congreso excluye de sus beneficios a millones. Las medidas ejecutivas tienen serias limitaciones, dice el Times.

No puede aumentar el salario mínimo para la mayoría de los trabajadores, reformar el sistema de la Seguridad Social, ni otorgar estatus legal a millones de inmigrantes indocumentados, reordenar el gasto y los impuestos, ni incluso hacer los ajustes necesarios para actualizar la ley de salud.

Además, dice, le abre un flanco para ataques por parte de los conservadores que acusan a Obama de “estar acaparando el poder ignorando los límites constitucionales”.

Pero para Obama, quien comenzó su presidencia con una visión diáfana de un estilo de política que ha probado ser poco realista, el gobernar mediante medida ejecutiva no es lo que tenía en mente.

Artículo en inglés

Foto cortesía DraXus via flickr