El terremoto de 5.9 grados de intensidad que sacudió Virginia, haciéndose sentir en Washington D.C., Filadelfia, New York e incluso más al norte, ha sido tema de conversación para los habitantes de la costa este estadounidense y de mofa para los de la costa oeste.
En conversaciones con gente en las calles de la Gran Manzana, numerosos neoyorkinos confesaron haber sentido cierto temor, especialmente los que se encontraban en los edificios más elevados.
Curiosamente, muchos incluyendo a este bloguero, no lo sintieron y vinieron a enterarse de que había temblado la tierra algunos minutos después.
Pero, para la costa oeste de la nación, donde el fenómeno es relativamente común, fue una magnífica oportunidad de recordar a los habitantes del otro extremo del país que ellos viven entre terremotos.
Escribe Adrian Chen en Gawker que, “Los californianos no paran de reírse de lo histéricos que nos convertimos los de la costa este después de nuestro terremoto”.
Gran parte de los comentarios han venido a través de Twittter. “Bienvenidos a nuestro mundo y lo que vivimos a diario”, escribieron desde San Francisco.
Otro dijo con un tono burlón, “Incluso para los angelinos 5.9 es un sacudón”. (La intensidad ha sido reducida ha 5.8).
Sacudón o no, quizás por la total falta de familiaridad, para quienes lo sintieron por estas latitudes no fue nada agradable.
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