Ahora la bronca de Donald J. Trump es con los movimientos de protección del medio ambiente. A las 11 am del 24 de enero, 2016, el nuevo presidente de EUA firmó órdenes ejecutivas para continuar con la construcción de los controvertidos oleoductos Keystone XL y Dakota Access.
Explica una nota en The Hill, que las órdenes que firmó “no le otorgan los permisos finales que requiere construir los oleoductos, pero empujará a ambos proyectos hacia la aprobación”.
Con esta firma, el nuevo presidente cumple dos promesas más realizadas durante su campaña.
Ambas decisiones tienen el apoyo de la industria petrolera y el partido republicano; las oponen los demócratas y los defensores del medio ambiente.
Barack Obama había anulado construcción de Keystone en noviembre 2015. Se planea que cruzaría EUA desde los campos de petróleo en Alberta Canadea, a la costa de Texas.
Dakota Access fue suspedida en diciembre, luego de largos meses de enfrentamientos dirigidos por la comunidad Standing Rock Sioux, que dice que atravesaría terrenos sagrados y causaría irreparables daños a las fuentes de agua.
En Dakota del Norte, centenas de personas siguen acampadadas cerca del área donde han realizado sus protestas.
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