trump y twitterEn una semana en que ha intensificado lla investigación a Donald Trump y su campaña 2016 sobre presunta colusión con Rusia en la campaña y posterior obstrucción a la justicia, el presidente por cuenta propia decidió intervenir (por Twitter) en el debate sobre violencia sexual y, al hacerlo, recordó al país y al mundo que él también ha sido acusado de agresión sexual. Por lo menos 12 veces.

Una de las revelaciones de esta semana afectó al senador demócrata y crítico acérrimo de la administración Al Franken.

Franken, quien antes de ser elegido al Senado tuvo una exitosa carrera como cómico en el elenco de Saturday Live, fue acusado de haber besado a una mujer in el permiso de ella, y de haber tomado una foto diseñada para hacerla pasar vergüenza: Ella dormía, él pretendió agarrarle los senos. Ocurrió en 2006 mientras ambos viajaban en una misión para entretener las tropas estadounidenses en el extranjero.

Ella dijo que durante 10 años había estado furiosa y, en vista de que muchas mujeres están denunciando a sus agresores, optó por hacer su denuncia en estos momentos.

Franken se disculpó dos veces. Ella aceptó las disculpas. Sin embargo, Franken ha sido criticado ampliamente — incluso algunos de sus admiradores han pedido su renuncia.

Fue en ese momento que Trump lo atacó, llamándolo “Frankestein”. Sugirió en unos mensajes por Twitter que podrían existir fotos adicionales, quizás éstas si realmente agresivas.

Donald Trump parece haber olvidado (si algún día lo supo) el refrán que recomienda no tirar piedras a quienes viven en casa de vidrio.

Primero porque Trump se había mantenido al margen de la crisis en la campaña al senado en Alabama, donde el republicano Roy Moore (candidato de la ultraderecha religiosa) ha sido acusado de agresión sexual décadas atrás por varias mujeres — cuando ellas eran menores de edad.

Roy Moore lo ha negado todo. Según él y sus partidarios es parte de una agenda “liberal, comunista, anti cristiana”. Las mujeres han mentido, sostiene el candidato.

Pero no todos los republicanos piensa así. Unos, como la gobernadora del estado Key Ivey dice que ella no duda a las mujeres, pero aún así votará por Moore, para asegurar que los senadores por Alabama sean republicanos.

Sin embargo, el sector “establishment” del partido republicano ha pedido a Moore que suspenda su campaña. Una derrota para Moore podría poner en peligro el control del Senado para los republicanos en momentos en que la administración está a punto de cumplir un año en el poder y no tiene demasiado que mostrar.

El Presidente no ha dicho mucho sobre el tema.

Al atacar a Franken muchos ha preguntado, ¿por qué denuncia a Franken y no al otro?

Y de esa pregunta ha surgido otra: ¿por qué a unas mujeres les creen pero no a las que denunciaron a Trump?

La respuesta oficial de la Casa Blanca, según afirmó la portavoz de la presidencia Sarah Huckabee Sanders, ante el mundo es porque “Franken admitió haber abusado a esta mujer, pero el Presidente no”. 

Acto seguido, los medios nuevamente comenzaron a discutir los cargos de las mujeres que aseguran haber sufrido agresiones sexuales de Donald Trump. Igualmente volvió el país a escuchar la tristemente célebre grabación donde Trump (antes de ser candidato) hace alarde de cómo él agarraba a las mujeres por sus partes íntimas (usó lenguaje vulgar) cuando se le da la gana.

Todo esto tiene lugar en un marco totalmente diferente de hace una año, que se inició cuando una mujer acusó al poderoso magnate de Hollywood Harvey Weinstein de violación. Al hacerlos docenas de otras mujeres se le unieron y otras docenas más comenzaron a denunciar a actores, empresarios y políticos de lo mismo.

Hasta el punto que, horrorizando a los partidarios de los Clinton, una senadora demócrata dijo que el mismo Bill Clinton debió haber renunciado su cargo como presidente cuando se vio en medio del escándalo con la becaria Mónica Lewinsky, él rozando los 50 años, ella con solo 22 años de edad. En 1998.

Toda esta discusión opacó el logro legislativo del partido del presidente en la Cámara de representantes, que aprobó un proyecto de ley de reforma del sistema tributario. El Senado ahora tiene que preparar su propio proyecto de ley, pero ya varios senadores lo han cuestionado. Y no hay nada asegurado.

Ahora Rusia, donde los investigadores del Fiscal Especial Robert Müeller meticulosamente están armando un caso que se acerca demasiado al presidente.

Se supo esta semana que Donal Trump Jr. se comunicó con Wikileaks durante la campaña.

También se hizo público que el yerno del presidente, Jared Kushner, recibió y remitió información de esa misma organización, que supuestamente distribuyó miles de correos electrónicos robado por hackeros rusos a los demócratas. (Kushner también recibió una serie de aperturas de gente en el gobierno ruso muy cercana a Vladimir Putin, entre ellas la invitación a abrir una “puerta trasera de la campaña” al gobierno de Putin).

La familia Kushner tiene extensas relaciones empresariales con la oligarquía de Rusia.

Las fechas de estas comunicaciones coinciden con las múltiples veces que Trump elogió a Wikileaks, organización que desde los días de Obama se le ha considerado enemigo de EUA. Hasta el punto que su fundador, Julian Assange, se encuentra asilado desde hace cuatro años en la embajada de Ecuador en Londres. Dice ser fugitivo político de EUA.

Müeller ha interrogado a gente muy cercana al president, otros en lista incluyen a Hope Hicks, ex modelo y muy cercana a Trump, quien con solo 29 años es actualmente directora de comunicaciones de la Casa Blanca.

También se está investigando cómo el partido republicano, en su plataforma de 2016, retiró una cláusula contra Rusia. Who changed Republican party 2018 platform

Mucho de que preocuparse en la Casa Blanca, donde rebotan de un escándalo a otro.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Pennsylvania, EUA, Noviembre 19, 2017