El presidente de EUA, Donald J. Trump, es un hombre de limitado vocabulario, y que sin embargo habla en superlativos. Autorreferencial en la mayor parte de su discurso, todo lo que él dice, piensa, promete — todo lo que se le ocurre, podría decirse — es “incréible”, “lo mejor”. El se autoproclama “el mejor negociador”, su inteligencia es “lo máximo”, sus riquezas “enormes”, su educación “estelar”.
Una de las promesas que hizo durante su campaña presidencia fue la de rodearse de la mejor gente. Y de gente riquísima, porque las riquezas son señal del éxito que traería a su administración.
El episodio esta semana gira en torno al libro de Omarosa Manigault Newman, personalidad que durante más de una década colaboró con Donald Trump en el programa de TV Realidad “The Apprentice” en NBC, que fue el que dio a conocer a Trump en EUA.
Omarosa jugó la parte de “villana” en diferentes segmentos, en donde los participantes buscan destacarse en el mundo empresarial.
Al asumir la presidencia, Donald Trump llevó consigo a Omarossa quien duró casi un año en su cargo y luego fue despedida.
Omarossa ha publicado un libro sobre sus experiencias en la Casa Blanca de Trump y, como parte de la promoción del libro, está girando los principales programas de opinión.
Y viene armada de poderosas acusaciones, que prometen hacerle la vida más difícil al presidente que ya tiene suficientes problemas con la investigación sobre Rusia, el efecto de sus aranceles en el comercio exterior, la crisis humanitaria de los niños migrantes separados de sus familias, la posibilidad de perder por lo menos una Cámara del Congreso en las elecciones de noviembre, diversas demandas por parte de mujeres que lo acusan de acoso sexual. Y esto se es lo únic.
Omarossa ha dicho que Trump está perdiendo sus facultades mentales. Que no puede procesar información.
Omarossa también ha dicho que Trump es un racista, y que ella escuchó una grabación en la que se refiere a los afroamericanos con los más insultantes peyorativos.
Nada nuevo, han dicho muchos comentaristas en los medios, recordando que en la década del 70 Trump se negó a alquilar sus propiedades a afroamericanos. Y que en la del 80 llamó “animales” y pidió la pena de muerte para los “Cinco del Parque Central”, cinco adolescentes negros acusados de violar a una mujer blanca, y que después de pasar años encarcelados fueron exhonerados con pruebas de ADN.
También Trump fue uno de los promotores de la teoría conocida como “birtherism”, según la cual Barack Obama había nacido en Kenya y por lo tanto no era un presidente legítimo de EUA.
O el lanzamiento de su campaña presidencial, acusando a los mexicanos de ser “violadores” y “traficantes”.
Más recientemente, Trump ha iniciado una guerra contra atletas negros, llamando a los que futbolistas protestan la brutalidad policial “hijos de puta”, y diciendo que el basquetbolista Lebron James es un hombre sin inteligencia.
Al mismo tiempo, Trump se ha negado a repudiar a los supremacistas blancos, que hace un año mataron a una joven en Virginia, y quienes se han pronunciado a favor del presidente.
Mientras que Omarossa denuncia el racismo de Trump, ella ha reconocido su culpa en todo ello al señalar que cuando formó parte de la administración ella ayudó engañar al público de EUA.
Este nuevo segmento quiebra en diez mil astillas la promesa de Trump de rodearse de las mejores mentes.
Comenta Chris Cillizza en CNN que,
El Trump de “The Apprentice”, dicho sea de paso, es donde se cruzaron los caminos del multimillonario con Omarosa por primera vez, es el Trump que ahora se sienta en el Despacho Oval.
La diferencia es que Trump solo jugó para las clasificaciones de TV en “The Apprentice”, mientras que ahora está intentando desesperadamente dirigir de manera efectiva un gobierno. La facturación, o la amenaza de despidos, era el juego en el mundo de la realidad televisiva de Trump. En la Casa Blanca, toda la agitación se suma a la palpable sensación de caos que rodea a 1600 Pennsylvania Avenue.
El 57% de los empleados del “A Team” de Trump ya abandonaron la Casa Blanca en solo su primer año y medio, según las estadísticas de Kathryn Dunn Tenpas, del Brookings Institute. Eso casi alcanza la rotación entre los principales asesores durante los primeros términos de Barack Obama (71% de rotación), George W. Bush (63%), Bill Clinton (74%) y George H.W. Bush (66%).
(Los datos de Tenpas en realidad pueden subestimar los cambios en la administración de Trump, dado que solo cuenta una partida por cada cargo. Por lo tanto, aunque Trump ha tenido cinco directores de comunicaciones desde que fue elegido presidente, los datos de Tenpas solo cuentan una salida).
Centrándose solo en los secretarios del gabinete, los números son igualmente sorprendentes para Trump. Ya han salido siete funcionarios del gabinete — tres en su primer año, cuatro en el segundo — en sus primeros 18 meses en el cargo. Obama tuvo cero salidas de su gabinete durante el primer año y cuatro en el segundo. George W. Bush perdió solo cuatro miembros del gabinete en la totalidad de sus primeros cuatro años.
Una vez más, esos números pueden subestimar el caos del Gabinete de Trump. Su segunda elección para el cargo de Secretario de Asuntos de Veteranos, el médico de la Casa Blanca Ronny Jackson, se vio obligado a retirarse luego de que apareciera una serie de historias negativas sobre su conducta en el trabajo. Trump se ha enfrentado con el secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, por la seguridad fronteriza. Según los informes, se ha burlado del Secretario de Comercio Wilbur Ross como “pasado su mejor momento” en las reuniones.
Y más recientemente ha atacado personalmente al Fiscal General de la Nación, Jeffrey Sessions, llamándolo un “cobarde paralizado”.
Volviendo a Omarossa Manigault Newman, en una entrevista televisada, ella produjo una grabación subrepticia del momento en que el secretario de la presidencia, John Kelly, la despide. En el Situation Room de la Casa Blanca, presuntamente el sitio de mayor seguridad y protección en el planeta.
También ha hecho pública una grabación con el mismo presidente Trump, el día después de que fuera despidida, algo que él hasta el momento desconocía.
La mejor gente.
Más información en inglés, CNN