Señorita Estonia
Jaanika Merilo, asesora del ministro de economía, posa poco después de ocupar su cargo

Se cumple el mes entrante un año desde que las manifestaciones en Kiev forzaron un vuelco total a la situación en esa región, poniendo patas arriba la geopolítica del área, con Rusia anexando Crimea, apoyando separatistas pro rusos en el este de Ucrania, EUA y la UE aislando a Moscú, en lo que se llama ahora la “nueva guerra fría”. El ogro del cuento, según la prensa occidental, es Vladimir Putin.

Mikhail Klikushin publica en el New York Observer una nota sobre la nueva Ucrania y su acercamiento a las democracias occidentales.

La bancarrota fiscal, la manera en que financieros han comprado el país, o cómo extranjeros entran a ocupar cargos en el gabinete, los insultos que profieren constantemente los políticos a Obama por no darles suficiente apoyo son solo unos aspectos de este reportaje. Es completamente surreal.

A medida que la emoción del cambio se extendía a través del gobierno ucraniano, la prensa occidental vertiginosamente reportó el hecho de que después de las últimas elecciones por primera vez en décadas que no habría comunistas en el Parlamento de Ucrania. Pero ello significa que ha desaparecido toda oposición organizada posible el actual presidente y el primer ministro.

En cambio, la nueva Rada tiene un extenso grupo de parlamentarios de inciertas lealtades políticas y estado mental dudosas, que incluye jefes de milicias y activistas de la calle que se distinguieron durante las pugnas callejeras y quemas de neumáticos.

Estos novatos gobernantesa veces recurren a formas extrañas de la auto-promoción, ahora dentro de las paredes del Parlamento.

Una cara nueva en la Rada — el líder del partido ultranacionalista Sector Derecho y jefe de milicias Dmytro Yarosh — admitió en una entrevista en enero con la televisión ucraniana que acaricia una granada de mano real en el bolsillo mientras que se encuentra dentro de la Rada. Debido a que él es diputado, el personal de seguridad no tiene derecho de requisar sus bolsillos. Ellos simplemente le preguntan si tiene algo peligroso en su persona y él dice que no. La razón para tener una granada de mano sobre él es que hay demasiados enemigos de Ucrania en el MP hacinándole durante el proceso de votación. Por supuesto que el no tiene miedo. Pero cuando llegue el momento, va a usar esta granada y con un poco de suerte, si él muere se llevará a muchos de ellos.

New York Observer publica fotos de Jaanika Merilo, asesora del ministro de economía, antiguamente de nacionalidad estonia hasta que se volvió ucraniana, publicadas poco después de que ocupara su cargo.

Nota irónica, según la nota, es que debido a que en el gabinete pocos hablan ucraniano, los asuntos se discuten en ruso.

Artículo en inglés

 

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