En el año 2010, casi el 19% de los hogares estadounidenses, más o menos uno de cada cinco, llevaba a cuestas una sustancial deuda estudiantil, o tenía préstamos diferidos, demuestra un estudio de la organización Pew reseñado por Mary Beth Marklein en USA Today.
Esto es un salto de cuatro puntos porcentuales desde 2007 — y el doble de hogares están sintiendo el peso en comparación con hace dos décadas, dice.
En los hogares encabezados por una persona menor de 35 años, la cifra es del 40%, lo cual marca un nuevo récord, señala.
Dice que los hogares con ingresos más bajos — por debajo de US$21,000 — han sido los más afectados. Es una carga casi insportable, dice: el 24% de los ingresos anuales.
Señala que el tamaño promedio de la deuda se redujo ligeramente de 2007 a 2010, de US$105,297 a US$100,720.
Sin embargo, en algunos hogares la deuda ha aumentado.
El informe “recalca la importancia de las becas Pell y otras maneras de ayudar a limitar la necesidad de pedir prestado”.
Toma nota la autora del informe que, “Teniendo en cuenta el hecho de que el mercado laboral ha sido especialmente débil para los adultos jóvenes, creo que en una gran cantidad de familias estadounidenses está teniendo lugar una conversación con los estudiantes de secundaria sobre si vale o no vale la ir a la universidad”.