En medio de protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera en Chile, se conmemoró un año del accidente en la mina de Copiapó que mantuvo a 33 mineros atrapados bajo la tierra durante más de dos meses.
Pero mucho ha cambiado durante este año: desde la actitud del público hacia los mineros, al apoyo y estabilidad del gobierno.
El 5 de agosto tuvo lugar en Copiapó, sitio donde tuvo lugar el drama humano, una misa en la que participaron el presidente y su gabinete, junto a los 33 mineros. Luego, se realizó la inauguración de una exhibición en un museo regional sobre la asombrosa odisea que inspiró al mundo.
Las conmemoraciones, escribe Huffington Post, tuvieron como telón de fondo enfrentamientos entre la policía antimotines y estudiantes, maestros, ecologistas y otros mineros movilizados en torno a una serie de demandas: reforma educativa, alzas salariales para los mineros, y suspensión de polémicas represas y plantas eléctricas.
Algunos activistas tiraron naranjas y manzanas contra los mineros, a quienes acusaron de acercarse demasiado al gobierno de Piñera y tratar de enriquecerse con su fama. Igualmente, denunciaron el pleito por US$17 millones contra los reguladores de la mina a quienes los mineros acusan de negligencia. Los llamaron vendidos y desagradecidos.
Algunos periódicos, según HuffPost, consideran que es injusto atacar a los mineros, especialmente si se tiene en cuenta que muchos de estos mineros no han dejado de sufrir tras 69 días en las entrañas de la tierra.
Según el Diario de Atacama, “No son héroes…son víctimas tratando de recuperarse de la tragedia.
[vsw id=”39stFJgUhoE” source=”youtube” width=”425″ height=”344″ autoplay=”no”]
