El periódico The Guardian lo llama un “Despertar”. Se refiere al auge en inscripciones de votantes en las comunidades negra y latina de EUA, que surge directamente de las protestas generadas por el cobarde asesinato de George Floyd. 

“La frustración es enorme”, afirma Harleigh Tensen, abogada y activista de derechos civiles en Brooklyn. “Es siempre lo mismo. El cambio solo se producirá mediante la votación”.

Es un esfuerzo de emancipación que algunos activistas e historiadores dicen no haber visto a esta escala desde la era de los derechos civiles.

Grupos de movilización de votantes veteranos como HeadCount, Rock the Vote, Voto Latino y When We All Vote estaban planeando un año muy productivo, pero aprovecharon el momento para lanzar nuevos proyectos y replantear los mensajes en torno a las crecientes demandas por la reforma policial y los movimientos de justicia racial.

La energía también ha inspirado a celebridades negras de alto perfil como Beyoncé y Solange Knowles, LeBron James y Whoopi Goldberg a integrarse al movimiento con anuncios de servicio público y una serie de nuevas iniciativas para involucrar a los votantes negros.

The Guardian habla con Jennifer Lawson, quien en 1963 marchó contra el asinato de varios niños en Birmingham, Alabama.“Esta ha sido la historia de varias generaciones. Tengo un profundo aprecio por lo que los activistas más jóvenes están haciendo en las calles hoy en términos de generar conciencia y tratar de producir el cambio en este país”.

Para muchos, la pandemia y el resurgimiento simultáneo de Black Lives Matter crearon un momento único y complejo maduro para un compromiso político generalizado.

No se veía tanta energía de la época de los derechos civiles.

Esto a su vez está impulsando el ala progresista del partido demócrata, retirando a anquilosados personajes del establishment, reemplazándolos por activistas llenos de energía nueva y combatividad. En Missouri, Cory Bush ganó la primaria demócrata; y en New York Jamal Bowman también desplazó a candidatos que llevaban décadas en sus cargos. Estos progresistas reciben el apoyo del movimiento Justice Democrats, los mismos que apoyaron en 2018 a Alexandria Ocasio-Cortez.

The Guardian
The Hill