ChrisQuien hubiera visto ayer por primera vez al gobernador Chris Christie de New Jersey, en medio de disculpas y mea culpas, jamás habría pensado que sus métodos políticos le habían ganado una reputación de bully.

Durante 107 minutos en conferencia de prensa ante unos 90 reporteros locales y nacionales, el gobernador que hasta hace poco se perfilaba como uno de los precandidatos favoritos republicanos para la elección presidencial del 2016, habló con un tono nuevo para él.

Suave. Humilde. Cabizbajo. Avergonzado. Humillado. Dolido. Herido.

Dijo que le habían roto el corazón.

Que le habían decepcionado. Traicionado.

Fue un tono personal, centrado en él mismo, presentándose una y otra vez como la víctima del cierre de los carriles en el puente George Washington que crearon un trancón de pesadilla durante cuatro días en septiembre, obligando a decenas y decenas de miles de personas a sufrir retrasos, angustias y todo tipo de inconveniencias.

Se sabría después que las ordenes de cerrarlo habían salido desde el círculo íntimo del gobernador; se cree que como represalia contra el alcalde de Fort Lee.

Según informa Michael Barbaro en el New York Times, Christie pidió disculpas 20 veces.

Dice el Times, “Al final de una extraordinaria y exhaustiva conferencia de prensa de 107 minutos, Chris Christie se había transformado — de ser un jefe ejecutivo beligerante, famoso por ridiculizar a sus detractores — en una figura paterna profundamente agraviado, sacudiendo la cabeza, susurrando sus palabras y al borde de las lágrimas”.

El gobernador Christie se está jugando su futuro político, emarañado ahora en un enorme escándalo al que ya se le llama Bridgegate. (Bridge por puente, gate porque en inglés estadounidense este sufijo significa desde la época de Richard Nixon escándalo).

Ayer también, interrogado por una comisión de la Asamblea del Estado de New Jersey, David Wildstein, quien hasta no hace mucho ocupara el cargo de director de Port Authority de New York New Jersey se escudaba bajo la Quinta Enmienda de la Constitución para no testificar sobre su papel en el cierre de las vías de acceso al puente. (Esta enmienda se usa cuando el testimonio podría implicarle en algún crimen).

Queda pendiente el testimonio de Bridget Anne Kelly quien debe estar en casa esperando la cita ante el comité de la Asamblea. Ella, quien fue destuida de su cargo como Jefa de Personal diputada, dio la orden en mensaje por texto: “hora de problemas de tráfico en el puente”.

Chris Christie, gobernador de New Jersey, se encuentra en un trancón de tráfico que él es incapaz de controlar. ¿Cómo saldrá? El tiempo lo dirá.

Más información en inglés New York Times