CorteSupremaLa inesperada muerte del jurista conservador más poderoso de la Corte suprema de Justicia de EUA trae otro elemento de impredecibilidad en una elección que pasará a la historia tanto por su resultado, como por la intensidad del proceso. En los dos principales partidos políticos del país.

Antonin Scalia, primer estadounidense de origen italiano y nominado a la Corte Suprema de Justicia por Ronald Reagan en 1986, dejó de existir a los 79 años. A lo largo de tres décadas, habia votado consecuentemente a favor de las posiciones conservadoras que abarcan la amplia gama de diferencias que dividen EUA entre liberales y conservadores.

Su muerte crea un interrogante, ¿quién será su sucesor y quién lo nombrará? Con 9 meses restantes de la presidencia de Barack Obama, lo lógico es que él nombre al juez que llenará el vacío. Obama ha anunciado que nombrará el próximo juez. Los republicanos se han comprometido a obstaculizar por todos los medios esta nominación, que de ser aprobada cambiaría la dinámica del tribunal, afectando por años la vida de la nación.

Con este tema abrió el último debate entre pre-candidatos republicanos, quienes usaron la muerte de Scalia para recordar a Carolina del Sur, donde el 20 de febrero tendrá lugar la elección primaria, (y a todo el país) sobre sus recalcitrantes posiciones en contra de los derechos homosexuales, derechos del aborto y muchos otros temas.

Pasado un breve consenso sobre la necesidad de usar tácticas dilatorias para asegurar que el reemplazo de Scalia tenga lugar después de la elección presidencial (que los republicanos esperan ganar en noviembre), se armó el despelote.

Gritos, interrupciones, acusaciones, insultos. Rubio contra Cruz. Cruz contra Trump. Bush contra Rubio. Trump contra Rubio. Dos candidatos se abstuvieron de usar ese tono John Kasich, quien llegó segundo en la primaria de New Hampshire y ha prometido un tono positivo. Y Ben Carson, quien cada día dice menos y va desapareciendo paulatinamente.

Entre lo mucho que se dijo, cabe señalar el intercambio entre el racista, xenófobo, misógeno, Donald Trump, quien sigue encabezando las encuestas y Jeb Bush.

“El World Trade Center cayó durante el gobierno de George Bush”, dijo Trump. “Eso no es protegernos”.

“George Bush cometió un error. Es posible cometer errores. Pero éste fue una belleza. Nunca debimos haber estado en Irak. Hemos desestabilizado el Medio Oriente”, dijo Trump.

“Llámelo como quiera. Yo se los digo, ellos mintieron. Ellos dijeron que había armas de destrucción masiva y no hubo ninguna. Y ellos sabían que no había ninguna. No había armas de destrucción masiva”.

Bush lo descartó.

La política exterior también fue un tema que se discutió al comienzo de la semana en el debate entre Hillary Clinton y Bernie Sanders, los dos únicos precandidatos demócratas. Clinton, potenciando su experiencia como Secretaria de Estado bajo la administración Obama, cuestionó las “credenciales” del socialista en cuánto a política exterior.

Preguntó, quiénes son sus asesores.

Respuesta de Sanders:

Me enorgullece decir que Henry Kissinger no es amigo mío. No voy a aceptar asesoría de Henry Kissinger. De hecho, las acciones de Kissinger en Cambodia, nación que EUA bombardeó, derrocó al príncipe Sihanouk, creó la inestabilidad que permitió a Pol Pot y el Khmer Rouge entrar y desencadenar una carnicería en que murieron unos 3 millones de personas inocentes, uno de los peores genocidios en la historia del mundo”.

Así con dos espectros acechando — el reemplazo de un jurista conservador y las irreconciliables diferencias sobre la política exterior de EUA que afectan a ambos partidos — se pasó otra semana más en EUA.

Carlos F. Torres

 

 

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, enero 14 2016