Screen Shot 2013-02-22 at 7.09.09 AMCon numerosos casos de corrupción que socavan la fe de los españoles en casi todas las instituciones gubernamentales, la intensificante investigación sobre el yerno del rey tiene asediado al palacio real obligando al envejeciente monarca y sus ayudantes a realizar monumentales esfuerzos por apagar el incendio.

Eso dice Doreen Carvajal en una extensa nota en el New York Times sobre el escándalo en casa de Juan Carlos Borbón.

Por importante que sea en España el caso, el público estadounidense tiene sus propios escándalos con que preocuparse y tiene escaso conocimiento sobre el tema que acapara titulares en esa nación.

Por ello, el Times se esfuerza por explicar y dar contexto.

El yerno del rey, Iñaki Urdangarin, prestará testimonio este sábado frente a un juez que investiga acusaciones “que desfalcó millones de euros después de haber usado sus conexiones de sangre azul para obtener contratos inflados, sin licitaciones, por parte de políticos regionales para su fundación sin fines de lucro de deportes el instituto Nóos”, dice el Times. 

Explica que Urdangarin y su socio Diego Torres son investigados por haber recibido “cerca de US$8 millones de los gobiernos regionales de las islas Baleares y Valencia para organizar eventos turísticos y deportísticos y luego desviaron gran parte de los fondos a cuentas en el extranjero y empresas privadas, incluyendo una compañía de bienes raíces que manejan Urdangarin y su esposa”, la infanta Cristina.

La casa real ha intentado mantener su distancia de Urdangarin desde retirando su foto de la página web hasta prohibiéndole asistir a funciones oficiales, dice.

Además, apunta. “La versión oficial de palacio insiste que el rey no sabía nada sobre las actividades de la fundación”. El palacio real mantiene que Juan Carlos le ordenó a su yerno que abandonara la fundación desde el 2006, un año antes de que el caso explotara.

Sin embargo, una serie de correos electrónicos obtenidos por el New York Times sugiere que “al palacio le preocupaba lo que estaba sucediendo en la fundación deportiva bastante antes de lo que ha reconocido y comenzó a presionar a Urdangarin para que la dejara en momentos que según los investigadores él y su socio estaban involucrados en inflar los contratos y sacar del país los fondos”.

Estos correos, dice el Times, “muestran que el rey estaba siguiendo los negocios” de su yerno.

“Los e-mails no indican ningún delito cometido por el rey. Sin embargo, han traído el escándalo a las puertas palacio y además empañan aún más a una monarquía que ha sido objeto de escrutinio a medida que los españoles sufren por la crisis económica y que los casos de corrupción — incluyendo sobres de dinero en efectivo entregados a políticos de alto nivel — alimentan su resentimiento sobre los privilegios y conexiones especiales que han protegido a las élites de España del mismo dolor”.

El rey y sus cortesanos, agrega el Times, han tratado de minimizar el daño.

“Durante los últimos 10 días, el rey, sus asistentes y los servicios de inteligencia españoles han estado presionando a las presuntas fuentes de las fugas y acercándose a altos ejecutivos de los periódicos para que bajen el tono de la cobertura sobre la investigación, de acuerdo a personas con vínculos con el palacio y algunos de los más importantes de España periódicos”.

Dice el Times que directivos de El País y ABC, “leal partidario de la monarquía”, han negado haber sido presionados.

Agrega el Times que los correos electrónicos también muestran que desde el 2004, dos años antes de lo que reconociera previamente, el palacio real estaba preocupado por las andanzas del Urdangarin, para quien intentaron obtener un puesto mediante los contactos. 

El palacio real pidió a Corinna Sayn-Wittgestein, “una princesa alemana a través de un previo matrimonio”, que colocara al yerno, dice el Times. 

Por muchas cuentas, el señor Urdangarín, un atleta ex fino de una familia vasca rico, se sintió presionado por su esposa para mantener a la pareja en un estilo que incluye una mansión de US$8 millones en los suburbios de Barcelona que también forma parte de la investigación para determinar si era remodelado con fondos públicos canalizados desde la caridad deportes.

Más adelante:

Más allá de si el Sr. Urdangarin ha violado alguna ley, el escándalo ha puesto de manifiesto las formas en que la familia real utiliza sus conexiones para buscar puestos bien remunerados y ofertas de negocios para sustentar un estilo de vida que supera las dietas previstas por los contribuyentes españoles para sus presentaciones personales, como los 260,000 euros, casi US$343,000 dólares, que la reina y otras mujeres de la realeza compartieron este año.

Dice el Times que la constitución española da inmunidad al rey de la justicia civil o criminal, pero no a los otros miembros de su familia.  

La infanta no es parte de la investigación, dice el Times, sin embargo con el nuevo testimonio de Diego Torres, “Queda por verse si la princesa también se convertirá objeto de los investigadores”.

Artículo en inglés