confessions-of-a-drone-warrior-gq-magazine-november-2013-03Así presenta GQ el perfil de Matthew Power sobre Brandon Bryant, piloto de avión no tripulado y con las muertes de al menos 1,600 personas a cuestas. “Confessions of a Drone Warrior”.

“El ha sido en realidad un experimento. Uno de los primeros reclutas para un nuevo tipo de guerra en que se fusionan hombres y máquinas. Voló múltiples misiones sin jamás dejar su computador. Cazó terroristas, salvó vidas, pero siempre de lejos. Ha perseguido y matado incontables personas, pero no siempre podía decir precisamente a que le había pegado. Es la Máquina de Matar del Siglo 21, quien es aterradoramente humano”.

Dice GQ que durante seis años Bryant ha estado sentado en los puestos de control en Nevada y Nuevo México, disparando sobre objetivos a miles de kilómetros de distancia, en Iraq y Afganistán.

En un incidente en esta “confesión” Bryant recuerda realizar un ataque solo para enterarse que había matado a un niño — pero la víctima fue catalogada por el ejército de EUA como un perro.

Otros miembros de su escuadrón han tendio diferentes reacciones a su trabajo. Un operador de sensores, cada vez que mata a alguien, se va a casa y se baja una botella entera de whisky. Una mujer, después de su primer disparo, se negó a disparar de nuevo, incluso bajo la amenaza de corte marcial. Otro piloto tenía pesadillas después de ver dos cuerpos decapitados flotando en el río Tigris. El mismo Bryant tendría sueños extraños donde los personajes de su juego favorito, World of Warcraft, aparecían en el infrarrojo.

 

En 2011, Bryant fue diagnósticado con el trastorno de estrés postraumático, una enfermedad que afecta igual número operadores de aviones no tripulados que tripulaciones aéreas en combate real.

Artículo en inglés

Foto via GQ